La vida no siempre es la que te esperas cuando tienes pareja, formas una familia y tienes una estabilidad en tu lugar de origen. Sin embargo, rehacerla es cuestión de actitud y de oportunidades. Es lo que ha ocurrido con Verónica Fernández y Juan Luis Armada, una pareja natural de Valencia que el destino ha hecho que se muden a un pueblo de la Serranía conquense por la tranquilidad del ambiente.
Ambos tienen una niña de dos años llamada Kiara que a los cuatro meses de nacer le diagnosticaron ceguera total. Una situación que fue un choque para la familia, pero que en cuestión de un año han sabido afrontar. La madre de la niña cuenta a Voces de Cuenca que tras el diagnóstico se pusieron en contacto con la ONCE, quienes les recomendaron que se mudaran a una zona «más tranquila».
Verónica sostiene que ninguno tiene familiares en la provincia de Cuenca, pero eligieron mudarse de la Serranía conquense tras descubrir que era «un lugar bastante sensorial» para su hija gracias a los sonidos de la naturaleza, «algo que en una ciudad no se puede escuchar». Apunta que visitaron otros pueblos como Uña, pero consiguieron una oportunidad de trabajar en unos alojamientos turísticos de Las Majadas, pueblo donde finalmente viven desde febrero de este año.
La madre de Kiara asegura que ha sido un cambio de vida drástico para ambos, ya que dejaron sus trabajos en Valencia para irse a esta localidad serrana, aunque afirma que no les resultó difícil encontrar un nuevo empleo gracias a un amigo. «Dejamos todo para venirnos aquí por la nena», dice Fernández, que sostiene que otro de los motivos de mudarse a Cuenca fue «escuchar en los medios de comunicación cómo estaban sufriendo estos pueblos la despoblación».
Verónica resalta que cuando les comunicaron el diagnóstico de su hija «fue bastante difícil». Sin embargo, acudir a la ONCE les ayudó «porque vimos a muchas personas como Kiara que tienen discapacidad visual y viven perfectamente». «Vimos un apoyo y supimos que no le iba a faltar nada, va a ser como cualquier otra persona», cuesta la madre.
Las etapas de su cambio de vida, dice Fernández, fueron de altibajos, pues comenzaron «con ilusión», pero tuvieron una temporada en la que se sentían solos, «sin familia ni nada, echábamos de menos Valencia y pensábamos si lo habíamos hecho bien». Hoy por hoy, ambos están «muy contentos» de la «mejor» decisión que han tomado.
La atención de Kiara en la Serranía conquense
Verónica señala que la vida de su hija de dos años en Las Majadas es más tranquila y ellos como padres están contentos con la atención que está recibiendo con la ONCE de Cuenca. Destaca que el servicio que hacen con la niña es más personalizado y «van dos días al cole de Kiara, en comparación con Valencia que solo iba un día a la semana».

Resalta que están «muy ilusionados y contentos» con su nueva vida en el pueblo serrano, ya que los vecinos «nos han recibido muy bien». Asimismo, Fernández subraya que ven a su hija «genial» en este pueblo de apenas 220 habitantes empadronados, ya que se van con ella a pasear y escucha todos los sonidos de la naturaleza. «Ella escucha el agua, los pájaros piar, el cencerro de las vacas… algo que en Valencia no pasa», dice Verónica.
Su madre dice que todos los vecinos de Las Majadas la conocen «y es una gran familia para ella». «Era lo que realmente buscaba, que pudiera pasear por el pueblo y que todo el mundo la conociese para que cuando tenga 15 años pueda salir sola sin mi», destaca Verónica. Además, la evolución del aprendizaje de la niña está yendo «súper bien», según les trasladan desde la ONCE.
‘El rincón de Kiara’, el nuevo negocio de la familia
Verónica y Juan Luis han decidido montar un negocio en el pueblo y han abierto una pequeña tienda de ultramarinos que abrieron el pasado 30 de octubre, día que cumple años su hija y que lleva su nombre: ‘El rincón de Kiara’. En ella venden todo tipo de productos, pues decidieron ponerla en marcha tras la próxima jubilación de la mujer que regenta otra pequeña tienda en el municipio.
Además, venden productos artesanos de la tierra con el fin de que los turistas que pasen por Las Majadas se lleven un recuerdo conquense. Verónica dice que cuando trabajan en los alojamientos, muchos turistas preguntaban dónde podían comprar, por lo que les inspiró a abrir este servicio. «Queríamos que los visitantes tuvieran desde agujas de coser hasta quesos de la zona», destaca Fernández, quien afirma que trabajarán por encargo y con pedidos a domicilio.
Verónica resalta que desde que la tienda abrió en el pueblo está teniendo éxito «y los vecinos están muy contentos, los tratamos muy cercanos porque si no hay algo ese día, lo tienen al siguiente».
La madre de Kiara quiere demostrar con su historia un ejemplo de superación para familias que estén en su situación. «Todo es posible y no hay nada que pueda frenarnos en la vida», destaca Verónica, que además recomienda la Serranía conquense para vivir, ya que «para personas como mi hija son espectacular gracias a los sonidos que hay en la naturaleza».














