Un detenido por agredir a cinco personas en el merendero de Chillarón

El Servicio de Emergencias del 112 ha confirmado que, previamente a la agresión, el presunto autor de los hechos había amenazado a dos de las mujeres de este grupo

El pasado miércoles 8 de mayo un grupo de cinco personas fue agredido en el merendero de Chillarón. El Servicio de Emergencias del 112 ha confirmado que, previamente a la agresión, el presunto autor de los hechos había amenazado a dos de las mujeres de este grupo.

El grupo, inicialmente formado por seis personas, llegó a este merendero sobre las 15:00 horas, según ha explicado una de las agredidas a Voces de Cuenca. También añade que contaban con todos los permisos pertinentes por parte del Ayuntamiento de Chillarón para utilizar este espacio.

Al llegar, se percataron de la presencia de una tienda de campaña, que estaba rodeada de tendederos, ropa tendida, un carro de la compra, utensilios de limpieza y de cocina y demás enseres personales. No solo estaban en este entorno, si no también ocupando una de las mesas y tres de las barbacoas, por lo que el grupo pensó que pertenecerían a un grupo de campistas que, igualmente, tendían permitida su estancia en el merendero.

A media tarde el dueño de este «campamento», un hombre de 41 años según ha confirmado la Guardia Civil, llegó para irse un rato después, sin mayores incidencias. A eso de las 20:00 horas, uno de los integrantes del grupo volvió a Cuenca, quedando cinco. Y, sobre las 21:30 horas, el presunto agresor regresó a la zona.

En este momento sí que se acercó al grupo en varias ocasiones, insultando y amenazando, según explica la víctima de la agresión. Aaprte, el agresor increpaba al grupo diciéndoles que «no podían quedarse ahí» y que «debían marcharse». Una de las integrantes del grupo llamó al 091 para informar sobre estas amenazas, redirigiendo este servicio el aviso a la Guardia Civil.

Mientras esperaban, decidieron guarecerse en el interior del techado del merendero. «Nosotros por nuestro lado y él por el suyo», explica esta misma fuente. Aunque, momentos después, el agresor fue hacia esta zona empuñando un palo de grandes dimensiones.

La primera en verlo y avisar al grupo pudo salir corriendo, saltar la valla y alertar a los vecinos de la zona. Otra de ellas se escondió tras una columna, resultando así ilesa. Pero, los otros tres recibieron los golpes del agresor. Una de ellas esquivó el golpe que iba hacia su cabeza y lo recibió en el brazo, lesionando venas y músculo. Otro de ellos acabó con contusiones en el brazo y en la espalda. Y la tercera, con peor suerte, recibió sendos golpes en mano, escápula y cabeza, obteniendo en ella una considerable brecha.

Tras esto, el agresor se alejó diciendo «ahora ya os vais», momento que aprovecharon los agredidos para escapar, montar en el coche y, puesto que el hombre amenazaba con golpear también el vehíuclo, arrancaron y se marcharon de la zona.

En el término municipal de Mohorte, una ambulancia de soporte vital básico, según explican desde el servicio de Emergencias del 112, atendió las heridas de una mujer de 19 y otra de 32 años, para posteriormente trasladarlas al hospital Virgen de la Luz.

Mientras tanto, los dos campistas restantes regresaron al merendero escoltados por la Guardia Civil, que pidió al presunto agresor que se metiera en su tienda mientras los agredidos recogían sus pertenencias. En aquel momento no le detuvieron por no haber presenciado los hechos y no haber una denuncia. Después de presentar sendas denuncias con sus respectivos partes de lesiones, una por cada agredido, fuentes de la Guardia Civil confirman que este hombre ya ha sido detenido y puesto a disposición judicial.

La agredida que ha hablado con este medio explica que, después de todo lo sucedido, habitantes de Chillarón afirman que este hombre vive de manera habitual en este entorno, y que incluso en los establecimientos de la localidad le dan de comer y desayunar «porque nadie quiere problemas y no quieren que la líe», dando a entender que este sujeto ya es conocido por la población. Aunque, eso sí, lamenta que nadie les avisase de su presencia antes de llegar, ni siquiera al pedir los permisos de manera presencial en el Ayuntamiento.