Boniches, una joya natural serrana bañada por el río Cabriel

El Troqueadero, junto a la carrera, es un conjunto de cascadas formadas por el Cabriel que también hay que ver, al igual que las formaciones rocosas conocidas como el Castil del Rey, la Obradá o la Peña de Sancho

Ubicado en el corazón del antiguo Marquesado de Moya, el pueblo de Boniches se encuentra en la zona oriental de la provincia de Cuenca. Por cuya geografía transcurre el río Cabriel. La confluencia de este río con el Mayor tiene lugar en el conocido como Paraje del Ayuntaderos, y se trata de uno de los recursos naturales que cuenta este pueblo que aspira convertirse en la mejor sitio de la provincia para veranear.

La llamativa paleta de colores que aporta la vegetación de su ribera junto con las formaciones rocosas de color rojizo hace de Boniches uno de los espectáculos visuales más bellos de la Serranía Conquense. A la que hay que sumar la riqueza monumental de la zona con puntos tan interesantes como Cañete y la abandonada pero siempre impresionante Villa de Moya.

Si por algo se caracteriza este pueblo es por su patrimonio natural en el que se encuentra la Rodenal del Cabriel, ricos yacimientos arqueológicos que esconde una extensa colección de abrigos rupestres de los más importantes del denominado «Cinturón del Arte Rupestre Levantino».

El Troqueadero, junto a la carrera, es un conjunto de cascadas formadas por el Cabriel que también hay que ver, al igual que las formaciones rocosas conocidas como el Castil del Rey, la Obradá o la Peña de Sancho.

Sus fiestas patronales tienen lugar durante el 15 y 16 de agosto y las celebraciones se desarrollan en honor a la Virgen de la Asunción, a quien está consagrada el templo parroquial de la localidad, y a su patrón San Roque.

Vacaciones significa salir de la rutina, descansar, desconectar y al mismo tiempo conectar con uno mismo; y de una forma u otra, Boniches consigue darte todo eso en muy poquito tiempo. ¿Qué precio tiene despertar únicamente con el cantar de los pájaros cerca de tu ventana? Ese sería el primer contacto con la naturaleza, pero después entre montañas, pinos y una gran variedad de flora, irías descubriendo el poder de la naturaleza y te perderías en un sinfín de sensaciones propias de sentirte libre.

Además, podrás darle un portazo al calor dándote un baño refréscate en las aguas del río Cabriel, donde niños y adultos podréis disfrutar de unas tardes únicas, entre baños y juegos. Los atardeceres se convierten en grandes recuerdos viendo las puestas de sol en los preciosos parajes que caracterizan a Boniches.

Por las noches con una chaquetilla puedes pasear bajo un manto de estrellas que te harán recordar que todavía existen cielos tan mágicos. Y los niños podrán disfrutar de los juegos de toda la vida, como el “bote botella”, “polis y cacos” sintiéndose libres, corriendo de un lugar a otro y forzando amistades que quizás, sean para toda la vida.

Cómo llegar

La ruta más cercana hasta Boniches desde Madrid tiene una duración de algo más de dos horas y media. Cuya ruta comprende la A-3 para su posterior conexión con la A-40.

Si se parte desde Valencia, la ruta alcanza las dos horas de trayecto, unos 157 kilómetros que se reparten entre la A-3 en dirección a Castilla-La Mancha para posteriormente tomar el desvío por la N-330.

Desde la capital conquense la ruta está separada por apenas una hora de viaje. Unos 68 kilómetros cuya ruta más rápida y cómoda se realiza por la N-420.