Las cifras de mortalidad en la provincia de Cuenca han vuelto en el primer trimestre de 2021 a cifras anteriores a la pandemia. Al menos así se extrae de las estimaciones realizadas semanalmente por el Instituto Nacional de Estadística, que indica que en las 12 primeras semanas del año se han registrado 516 muertes en la provincia.
Este dato estimado es el mejor de la última década si se pone en comparación con los consolidados desde los años 2011 a 2019 y el provisional de 2020. Eso sí, hay que tener en cuenta que estos datos por semanas no se corresponden exactamente con los datos mensuales, y para poder hacer una comparación completa habría que sumar los días 1, 2 y 3 de enero y 29, 30 y 31 de marzo, pues quedan fuera de los números al ser diferente forma de medición.
Según los propios datos ofrecidos por el Instituto Nacional de Estadística, en lo que va de año el número de defunciones acumuladas ha caído un 22,9% respecto a 2019. Y es que en el primer trimestre de hace dos años el dato fue de 688 defunciones.
La cifra más baja de los últimos diez años, sin tener en cuenta el dato estimado de 2021, se produjo en el año 2011, con 597 defunciones en el primer trimestre. Y aunque los datos sean todavía provisionales, la más alta se produjo sin ninguna duda en 2020, con 960 en los tres primeros meses del año pasado. La en esta última década es de 696,18 defunciones en el primer trimestre del año.
Este dato de 2021 tan bajo es de especial relevancia dado que se ha producido en medio de la tercera ola de COVID-19, con una gran cantidad de contagiados por el virus en la provincia conquense. Un número que no se puede contextualizar correctamente con el año anterior, dado que en la primera ola el número de test realizados -y sobre todo durante las primeras semanas de la pandemia- fue insuficiente y no pueden ser cotejados.
Eso sí, ha habido una serie de factores que han jugado a favor de que la mortalidad haya bajado en este primer trimestre de 2021. Entre otros, la campaña de vacunación, la inmunidad conseguida por un porcentaje relevante de conquenses ante el virus, o el hecho de que haya menos personas con problemas graves de salud tras la alta mortandad que hubo el año anterior.
