La Junta impulsa un proyecto para recuperar los olmos en los pueblos de Cuenca

El Vivero Forestal Central de Cuenca se ocupa de la cría y conservación de especies autóctonas para evitar que se pierdan especies en la provincia.

Los olmos han sido durante generaciones el testigo perenne de la vida en las plazas de los pueblos, este árbol tan identificativo de la provincia de Cuenca había desaparecido como punto de encuentro debido a diferentes enfermedades habían provocado la muerte de multitud de ejemplares de la especie y, con ella, la desaparición de la memoria de este símbolo del mundo rural. Gracias al Vivero Forestal Central de Cuenca, la Junta está trabajando en un proyecto de cría y recuperación de la especie de modo que sea resistente a la enfermedad, para que los olmos vuelvan a erigirse en las plazas de los pueblos. Para ello y gracias a la mediación de los agentes medioambientales y los técnicos de los Ayuntamientos de la provincia se está llevando a cabo la plantación también en un punto emblemático de los municipios solicitantes para recuperar su tesoro natural.

Así lo ha señalado el delegado provincial de Desarrollo Sostenible en Cuenca, José Ignacio Benito Culebras, quien ha explicado como el Vivero Forestal Central de Cuenca se ha consolidado como un eje clave en la conservación y recuperación de especies vegetales autóctonas en peligro de extinción, así el uso de especies propias de la provincia en obras y restauración de espacios que está llevando a cabo el Gobierno regional. Del mismo modo, Benito ha señalado lo interesante del recurso en materia de educación ambiental para colaborar con asociaciones, colectivos y centros educativos de modo que los más pequeños estén sensibilizados con cuestiones ambientales.

En cuanto a los datos de las instalaciones, el responsable de Desarrollo Sostenible en la provincia ha destacado que «en lo que llevamos de 2025 se han solicitado unas 2.000 plantas, mientras que en 2024 salieron del vivero un total de 6.000 de las cuales 2.000 se destinaron a centros, asociaciones, ayuntamientos y colectivos que se pusieron en contacto con la delegación y desde la institución les ofrecieron acompañamiento y asesoramiento sobre cuáles eran las mejores opciones.

Entre las actuaciones más destacadas del Vivero Provincial se encuentran el Día del Árbol, en el que los agentes medioambientales, desde los técnicos de la delegación, acompañaron a varios centros educativos en la plantación de plantas en distintos puntos de la comarca, y la plantación que se llevó a cabo en Mira para recuperar la vegetación de ribera en este municipio que se vio muy afectado por la DANA. Refiriéndose a este segundo caso, Benito ha señalado que «fue un día muy emocionante» ya que supuso un apoyo intergeneracional al municipio en la catástrofe.

El vivero ha recibido una inversión superior a los 75.000 euros destinada a mejorar sus instalaciones: recuperación del invernadero y su estructura, eficiencia energética, carpinterías, cubierta y sistemas de riego, así como el acondicionamiento de naves y materiales necesarios para las plantaciones. Además, se ha realizado la poda de 32 cipreses para reducir riesgos y facilitar la luz necesaria para las plantas en el invernadero. Las especies más cultivadas en este centro corresponden a aromáticas, pino y chopo.

Prevención y tratamientos para evitar incendios

Por su parte, la delegada de la Junta en Cuenca Marian López, ha recordado que la protección del medio forestal es un trabajo continuo durante todo el año y que es esencial prevenir incendios para evitar tener que recuperar todo un entorno natural tras un fuego. En este sentido, López ha asegurado que en 2025, la región destinó 116 millones de euros a prevención y extinción de incendios, de los cuales 23,2 millones correspondieron a la provincia de Cuenca.

En materia de prevención, López ha detallado que se han intervenido 2.533 hectáreas con tratamientos selvícolas y quemas prescritas, además de 3,73 hectáreas en mantenimiento y adecuación de cortafuegos y 162,57 kilómetros para estas mismas labores pero en caminos forestales, en colaboración con la Diputación de Cuenca. La delegada provincial ha destacado también la colaboración de entidades locales y particulares en la limpieza de parcelas y solares próximos a zonas urbanas, disminuyendo así el riesgo en la interfaz urbano-forestal.

Aunque la campaña de alto riesgo ha concluido, el trabajo de prevención continúa. López ha recordado que aunque finaliza la campaña, se comienzan de nuevo con las labores de prevención porque «el fuego más sencillo de apagar es el que no se produce», ha concluido la delegada de la Junta en Cuenca.