Durante los días 30-31 de octubre y 2-3 de noviembre se han celebrado en la sede central de Valencia de la Confederación Hidrográfica del Júcar las reuniones ordinarias de las Comisiones de Desembalse de otoño correspondientes al inicio del año hidrológico 2023-2024, que se inició el 1 de octubre, en las que están representados los usuarios de los embalses de la Demarcación.
Tal y como informa el organismo en nota de prensa, la finalidad esencial de estas Comisiones es «deliberar y formular propuestas al Presidente del Organismo sobre el régimen adecuado de gestión de los embalses y acuíferos, con el objeto de garantizar los caudales ecológicos y atender las demandas relativas a los derechos concesionales de los distintos usuarios. Se tratan en ellas las previsiones de los programas de llenado de los embalses, tras el análisis de los datos correspondientes al año hidrológico finalizado (entre el 1 de octubre de 2022 y el 30 de septiembre de 2023)».
Se ha informado a los usuarios sobre la evolución de las precipitaciones, destacándose que «a nivel global de la Demarcación, la precipitación media del año hidrológico finalizado ha sido de 414 mm, una cifra inferior en un 12 % a la registrada en el pasado año hidrológico, que fue de 471 mm». Las lluvias más importantes se dieron en el norte de Castellón, en la cabecera del río Júcar, y en la confluencia de las provincias de Valencia y Alicante. Pese a que entre los meses de diciembre de 2022 y mayo de 2023 no hubo precipitaciones, acercándose mucho la tendencia a los mínimos históricos, la situación mejoró con las lluvias de junio y septiembre, que situaron la precipitación al final del año hidrológico muy cerca de la media histórica.
Por otra parte «el volumen almacenado en el conjunto de todos los embalses de la Demarcación, a 1 de octubre, ha sido de 1.362 hm3, lo que supone el 47,7 % de la capacidad total, superior a la media nacional. Este valor es ligeramente inferior al del año pasado en la misma fecha, siendo el sexto valor mayor de la serie histórica de los últimos 25 años, manteniéndose por encima de los valores medios de las series de los últimos 20, 10 y 5 años». La situación desglosada a fecha 1 de octubre es la siguiente:
Se ha concluido que «gracias una buena gobernanza y gestión de los embalses así como a la implicación, buen uso y disciplina por parte de los usuarios, se han conseguido atender todas las demandas programadas en el año hidrológico vencido, así como se han logrado los objetivos fijados a principios del mismo».
Del mismo modo, tras una primera valoración de la situación, en los escenarios hidrológicos contemplados para las simulaciones y las precipitaciones que puedan producirse, «se prevé para el año hidrológico recién comenzado que todas las demandas, en especial las de la próxima campaña de riegos, se podrán cumplir sin especiales problemas«.
En cualquier caso, «habrá que prestar especial atención a la meteorología de los próximos meses y a la evolución de los correspondientes indicadores de seguimiento de la sequía y la escasez (conforme al Plan Especial de Sequía). Si la situación hidrológica no fuera favorable, podría ser necesario revisar las previsiones de explotación de los embalses». Actualmente, los indicadores de todos los sistemas de explotación de la Demarcación «se encuentran en situación de normalidad, tanto los relativos a sequía prolongada como los relativos a escasez, situación en la que llevan varios meses. Por lo tanto, en función de la evolución de dichos indicadores se podrían programar, en su caso, las medidas oportunas de ajuste, que, en dicho supuesto, serían planteadas a los usuarios en las próximas sesiones de las Comisiones de Desembalse».