El hartazgo por el vandalismo se extiende por toda la geografía conquense

Los meses más cálidos se suelen traducir en la proliferación de destrozos y actos incívicos en municipios de la provincia

El hartazgo por el vandalismo y sus consecuencias se extiende por la provincia de Cuenca de manera paralela a la proliferación de estos actos de destrucción y gamberrismo que en muchos casos coincide con el aumento de la población flotante asociado al verano y la celebración de fiestas patronales.

El viernes, el Ayuntamiento de San Clemente alertaba de los daños producidos en elementos públicos del barrio de San Francisco como el parque infantil y advertía de que ya estaba trabajando para localizar a los responsables. Este sábado, en un comunicado difundido públicamente en su perfil oficial en Facebook, el Ayuntamiento y la Asociación Cultural de Belmontejo también denunciaba una serie de comportamientos incívicos (desde pintadas con mensajes de odio a incumplimiento de las normas de tráfico) y avisaba de que, si persistía esa «oleada de vandalismo», se cancelarían las fiestas y otras actividades. Posteriormente, en un mensaje dirigido a VOCES de CUENCA y a otros lamentados ha lamentado que la información hubiese salido del ámbito local al que estaba dirigida y ha asegurado el pueblo «sigue adelante con sus celebraciones, como cada año».

A esos ejemplos hay que añadir otros como Cañete, que el miércoles compartía también en redes sociales unas imágenes de daños en zonas deportivas de la localidad y mostraba su condena, además de anunciar que iba a canalizar la pertinente denuncia. «Por favor, vamos a cuidar el entorno que nos rodea», pedía el Consistorio a la ciudadanía.

En Henarejos, también en la Serranía Baja conquense, también esta semana han tenido que lamentar la destrucción de instalaciones comunes. «En este caso, ha sido destrozada una de las canastas que la Asociación que lleva las fiestas de agosto donó en su primer año con los beneficios obtenidos en las fiestas», difundió el Ayuntamiento en la red Facebook en un mensaje en el que expresaba con ironía y enfado un particular deseo para el autor de los hechos: «Espero que cuando te hayas subido a la canasta para tirarla, te haya golpeado en la cabeza, se te hayan alineado tus chakras y así vuelvas a ser una persona normal».  

A principios de mes, en Horcajo de Santiago de Nuevamente se produjo un vertido incontrolado de escombros en el parque del boleo y se robó grifería de los baños públicos del parque municipal, una instalación que ya en junio sufrió un ataque con pintadas. En Aliaguilla, por su parte, han tenido que emitir un bando móvil por las pedradas que estaban lanzando grupos de niños a las viviendas.

No tan recientes, pero también de estas mismos verano y primavera, hay episodios como el boicot al sistema de depuración de la piscina municipal de Mota del Cuervo, la rotura del muro de la explanada de las calderetas en Villar de Olalla o el destrozo del jardín de la sonrisa -una iniciativa en recuerdo de enfermos y fallecidos por cáncer- en Huete. Desde el Consistorio optense lamentaban en mayo que salían «a acto incívico por día».

La lista en Cuenca ciudad es prolija. El ataque con pintadas fálicas al monumento Turbas Generación en la madrugada del 17 de junio fue uno de los casos más sonados, si bien se han repetido daños en parques infantiles y las casi omnipresentes pintadas.

Ya con un cariz más grave que excede lo que habitualmente se entiende por vandalismo hay hechos como la pelea masiva durante las fiestas de Reíllo que se ha saldado, por el momento, con un herido hospitalizado y un detenido por una grave agresión.