El delegado del Gobierno de España en Castilla-La Mancha, Francisco Tierraseca, ha presidido el acto oficial de la toma de
posesión de José Luis Serrano Merino como comisario provincial del Cuerpo Nacional de Policía en Cuenca, en presencia del jefe superior de Policía de Castilla-La Mancha, Félix Antolín Diego, que le ha entregado el bastón de mando.
El delegado del Gobierno ha puesto de relieve que asumir la dirección de la Policía Nacional en esta provincia es “un reto de gran envergadura”. Es una demarcación donde la actuación principal se concentra en una ciudad Patrimonio de la Humanidad
que recibe a miles de visitantes al año, con citas de relevancia, como su Semana Santa o las Fiestas de San Julián y “es fundamental el trabajo de la Policía Nacional, en colaboración con el resto de los cuerpos policiales, para que todas estas celebraciones se desarrollen con normalidad”, y, al tiempo, “para afrontar la garantía de la seguridad de lo cotidiano”.
Tierraseca ha planteado que el nuevo comisario asume “los grandes retos” en esta Comisaría Provincia arropado “por un equipo extraordinario”. Retos que pasan por “mantener y, en lo posible, mejorar los datos de criminalidad”, pese a que la provincia, con una tasa de criminalidad el año pasado de 31,5 infracciones penales por cada 1.000 habitantes, lo que la sitúa en 1,4 puntos por debajo de la media regional y de 9,8 puntos por debajo de la nacional, lo que refleja que son “unos muy buenos datos” que la acreditan como “una de las provincias más seguras” de la región y del país.
Junto a ello, hay que reforzar “la lucha contra el terror contra la violencia de género”, que la provincia ha sufrido recientemente con el caso del asesinato de una mujer a manos de su pareja sentimental en Tarancón. “La colaboración entre Policía Nacional y Guardia Civil es absoluta” en esta materia, se cuenta con la implicación de cada vez más Policías Locales, se han ido incorporando colectivos como los Taxistas o las Farmacias como Puntos Violeta y, “a pesar de todo, todavía nos faltan muchas manos para proteger a las víctimas”.
El tercer reto, para Tierraseca, es el de “atajar la delincuencia de lo cotidiano y garantizar la protección de las conquenses y los conquenses” para que puedan desarrollar el ejercicio de los derechos y libertades que les reconoce la Constitución.
