Cuenca vivió el martes 19 de agosto la jornada con más incendios del verano: 14 fuegos en 22 horas

Entre las 22:00 del lunes y las 20:00 del martes se registraron 13 conatos y un fuego en Enguídanos que ha afectado a 4,7 hectáreas

Cuenca vivió entre las 22:00 horas del lunes 18 y las 20:00 horas del martes 19 de agosto la jornada con más incendios en lo que va de verano. Según ha confirmado a Voces de Cuenca José Félix Mateo, director del Centro Operativo Provincial del dispositivo Infocam, en apenas 22 horas se registraron 14 incendios forestales en la provincia: 13 se quedaron en conatos y uno llegó a afectar a 4,7 hectáreas en Enguídanos.

De todos ellos, 12 tuvieron su origen en rayos y otros dos se produjeron como resultado de la actividad humana en Las Pedroñeras y Valdecolmenas de Arriba. Mateo explica que las tormentas de los días previos fueron determinantes, pues aunque los tres incendios que ocurrieron en la noche del día 18 se produjeron inmediatamente después de caer los rayos, entre las 22:00 y las 23:00 horas, los incendios del día 19 fueron causados por rayos latentes que habían quedado latentes bajo tierra.

En este sentido, Mateo afirma que cuando quedan rayos latentes, las raíces de los árboles quedan ardiendo durante la noche y las primeras horas de la mañana, normalmente sin llama. Cuando esto ocurre, la insolación, el aumento de las temperaturas y el viento durante las horas centrales del día acabaron siendo la combinación fatal que provocó que la vegetación herbácea (combustibles finos) se secase y las ascuas, al entrar en contacto con esta vegetación acabaran desembocando en un incendio.

Según señala el responsable del Centro Operativo Provincial de Infocam, los rayos latentes «pueden provocar incendios incluso días después de caer, a veces hasta dos semanas más tarde». Mateo refiere que los incendios originados por rayos son «muy frecuentes todos los años», llegando a alcanzar el 25% del total de incendios ocurridos en la provincia.

Aunque el Índice de Propagación Potencial (IPP) había bajado de «extremo» a «muy alto» en parte de la provincia, en la zona donde se concentraron los incendios seguía en nivel máximo. En este sentido, Mateo resalta que la diferencia entre un día de riesgo muy alto y extremo «no es significativa» en el comportamiento de los incendios, pues ambos son días «de altísima peligrosidad». De este modo, tal y como señala el responsable del Centro Operativo Provincial de Infocam, «si tenemos incendios y no los apagamos a tiempo podrían llegar a ser muy grandes tanto en riesgo extremo como en riesgo muy alto».

Sobre las causas del fuego, el responsable del Centro Operativo Provincial de Infocam ha destacado también que la ola de calor las dos semanas previas fue determinante al haber quedado la vegetación «muy seca y vulnerable al fuego», subraya Mateo. Al concluir una ola de calor, el responsable del Centro Operativo Provincial de Infocam señala que se genera «mucha inestabilidad y vientos muy fuertes», lo que hace que los últimos días de ese periodo sean «los más peligrosos».

Impacto de los incendios en la flora y fauna

En el entorno donde se produjeron los incendios, el pino es la especie dominante, concretamente la variedad de pino carrasco. Sin embargo, los pinos, excepto de manera puntual, no se han visto afectados por el fuego. El sotobosque típico de la Serranía, conformado por especies de matorral como romero, coscoja o enebro, son las que principalmente se han visto afectadas. Al tratarse en su mayoría de incendios de pequeña extensión, la fauna vertebrada pudo huir del fuego.

Sobre la afección al entorno, Mateo recuerda que los ecosistemas mediterráneos, como la Serranía Baja de Cuenca, están adaptados al fuego y que este este el elemento «ha configurado el paisaje a lo largo de los siglos», por lo que las especies vegetales afectadas tienen una «gran capacidad rebrotadora», de este modo, afirma el experto «en tan solo algunas semanas regenerarán y comenzarán de nuevo su ciclo vital».

Mateo defiende la idea de que «el fuego no siempre es malo» y que «ha formado siempre parte del paisaje mediterráneo». De este modo, el experto ha asegurado que este tipo de incendios de baja o media intensidad «pueden incluso resultar beneficiosos» porque, explica, «eliminan vegetación seca acumulada y ayudan a prevenir fuegos mayores».