Calculan que habría que contratar a 920 docentes más para afrontar «con seguridad» la vuelta a las aulas

CSIF insta a la Consejería de Educación "a ser ambiciosa" para aumentar plantillas con las que poder aplicar medidas como la bajada de ratios a un máximo 15 alumnos por clase


J.J.D. / Vocesdecuenca.es

En la provincia de Cuenca sería necesario contratar a 920 docentes más (510 de Enseñanzas Medias y 410 de Infantil y Primaria) para afrontar «con las suficientes garantías de seguridad» el regreso a las aulas. Así lo ha calculado la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF), que insta a la Consejería de Educación «a ser ambiciosa» para aumentar plantillas con las que poder aplicar medidas como la bajada de ratios a un máximo 15 alumnos por clase y asegurar la distancia de seguridad entre los escolares.

El presidente del Sector de Educación de CSIF Castilla-La Mancha, José Antonio Ranz, señala que “el Gobierno regional tiene ante sí una oportunidad única, debe ser ambicioso porque con este aumento de plantilla no sólo se incide en la seguridad sino en la mejora de calidad de nuestra educación pública”.

Dentro de este plan ambicioso que contempla la reducción de ratios también debe aplicarse entre otros puntos, la bajada del horario lectivo del profesorado; el aumento del profesorado de apoyo en todos los niveles, especialmente en Educación Infantil; la prolongación de los programas de PMAR (Programa de Mejora del Aprendizaje y Refuerzo); desdobles en idiomas, laboratorios; apoyar con más recursos humanos la Formación Profesional y las enseñanzas de Régimen Especial.

CSIF, que apuesta por la formación presencial en condiciones sanitarias seguras, no olvida que también deben implementarse los medios adecuados para garantizar la formación a distancia. En este sentido, y a modo de balance de la gestión de la Consejería de Educación y del Ministerio de Educación durante la crisis sanitaria, Ranz señala que “no ha habido instrucciones claras a los docentes, se ha generado mucha confusión”, lo que ha generado “situaciones de acoso por parte de familias, estrés y ansiedad entre los docentes, una inmensa carga de trabajo con jornadas interminables”.

No en vano, en una reciente encuesta llevada a cabo por CSIF, casi la totalidad de docentes de la región (97 por ciento) confesaba que la administración no se ha interesado por su estado físico o emocional como consecuencia del confinamiento y el 93 por ciento reconocía que había sufrido desgaste y estrés emocional.

Ranz añade que “lo que no se puede permitir en el próximo curso es que la obligada reducción de ratios, no se venga acompañada de la contratación de más profesores, ya que ello supondría duplicar el trabajo de la actual plantilla de docentes”.

De acuerdo a las instrucciones del Plan de Inicio de Curso 2020-2021 planteadas por la Consejería de Educación, CSIF está de acuerdo en que cada centro cuente con una persona responsable para los aspectos relacionados con la COVID-19, pero debe ver reducida su tarea docente para vigilar la seguridad de todas las personas que acuden a los centros educativos.

Asimismo, y de acuerdo a la importancia de la detección precoz ante la aparición de posibles casos, cada centro escolar debe contar con un profesional sanitario.

Para CSIF la vuelta a las aulas debe hacerse de forma segura, siguiendo los protocolos que marquen las autoridades sanitarias, y aumentando el número de docentes porque se hace necesaria una enseñanza lo más individualizada posible.