El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha mostrado este lunes su intención de solicitar «la aclaración» de la contabilidad de la empresa pública Enresa que promovió la implantación de un cementerio nuclear en la localidad conquense de Villar de Cañas, una instalación que, hasta su paralización, supuso “objetivamente, un agravio para la región y un peligro”.
Por ello, ha insistido en que “quien controlaba Enresa, también hablaba con Villarejo”, en referencia tácita a María Dolores Cospedal, por lo que “queremos que se sepa dónde iba el dinero de Enresa”, dado que “a lo mejor, tirando de ese hilo se terminan sabiendo muchas cosas de por qué en esta región éramos los más tontos del planeta queriendo un cementerio nuclear cuando, realmente, la política iba por otro lado”, ha ironizado.
“Aquí, además de recortar en Sanidad y Educación, se recortaba en población, en derechos y, por supuesto, en industria y paradójicamente, en aquellos tiempos en que se iban las empresas, la única que se quería es la que nosotros no queremos para nada”, ha apostillado en alusión a esta instalación nuclear. “Todavía no tengo nada claro por qué, en aquel entonces, se defendió a ultranza un cementerio nuclear para Castilla-La Mancha” y “menos lo tengo claro hoy”.
García-Page ha hecho estas declaraciones en Cabanillas del Campo, en la provincia de Guadalajara, en el acto de inauguración de la nueva planta de ´eCu Global Recycling´ dedicada al reciclaje y revalorización de cables de telecomunicaciones para la obtención de materias primas como el cobre.
