El pasado 1 de septiembre entró en vigor el nuevo rediseño de las líneas de autobús urbano en Cuenca. El sistema, basado en un intercambiador central situado en Mariano Catalina, donde confluyen todas las líneas y se realizan los transbordos para moverse de un punto a otro de la ciudad ha generado un fuerte malestar entre los usuarios. Tras apenas once días de funcionamiento y un aluvión de críticas de entidades, asociaciones vecinales, particulares y grupos políticos, el Ayuntamiento anunció la tarde de este jueves 11 de septiembre que revertirá el modelo y recuperará el trazado antiguo, incorporando además nuevas líneas para dar cobertura a las zonas que habían quedado sin servicio con el modelo anterior.
A la luz de esta nueva información, el desconcierto ciudadano se ha mantenido en líneas generales. Aunque algunos vecinos reconocen como positiva la rectificación del Consistorio, continúan manifestando «falta de información» y la «sensación de improvisación» en las decisiones del Ayuntamiento, algo a lo que se unen el caos organizativo y los perjuicios diarios en sus desplazamientos con más modificaciones y unas infraestructuras recién acondicionadas que quedarán «inutilizadas» una vez se realice el cambio.

«Rectificar siempre está bien»
Florián Belinchón es vecino de Cuenca aunque su juventud la pasó en el Casco Antiguo, por lo que utiliza el sistema de transporte urbano habitualmente para llegar hasta la zona alta de la ciudad. Aunque manifiesta un profundo descontento con el sistema vigente afirma que «rectificar siempre está bien», algo que considera un gesto de «humildad» por parte del Consistorio.
Sobre la posibilidad de haber realizado los añadidos para prestar servicio a los puntos de la ciudad que quedaban desatendidos, así como al Nuevo Hospital Universitario y la estación del AVE ‘Fernándo Zóbel’, Belinchón afirma «no sentirse capacitado» para emitir una opinión al respecto, pero que todo lo que sea «ampliar los servicios públicos de transporte» es algo «positivo».

«En el Ayuntamiento no tienen claro lo que quieren»
María Concepción Cantero de la Fuente es muy crítica con el sistema actualmente vigente. La vecina toma el transporte urbano a diario «dos o tres veces» y manifiesta que los autobuses son el tema principal en cualquier lugar donde se congrega gente. Cantero destaca que las líneas ya vigentes han supuesto «un disgusto» para los conquenses y se muestra especialmente en contra del intercambiador que, afirma «no tiene sentido en una ciudad pequeña como Cuenca» porque dilata mucho los trayectos».
Sobre la vuelta al antiguo trazado con modificaciones que anunciaba ayer el Consistorio, la vecina apunta que «en el Ayuntamiento no tienen claro lo que quieren» debido a la cantidad de cambios en un espacio breve de tiempo. Concepción refiere que el modo en el que se está gestionando el transporte municipal «no tiene ningún sentido» y que todas estas decisiones «únicamente van a producir más confusión entre los niños, las personas mayores y las personas con dificultades» que, según su experiencia «son quienes más utilizan el transporte público y a las que más les está costando adaptarse a los cambios y enterarse de las modificaciones que están haciendo». En este sentido, la vecina denuncia «abandono» a nivel transporte en la zona de Obispo Laplana, donde, asegura, «son muchos los jóvenes y ancianos que montaban en el autobús».
En lo referente a las instalaciones del intercambiador de Mariano Catalina que, tal y como informaba ayer el Ayuntamiento en nota de prensa quedará eliminado con la vuelta al antiguo trazado, Cantero ha calificado la actuación como «un despilfarro de dinero público» en el que «ni siquiera se ha tenido en cuenta que hay que estar esperando, con algo para protegerse del sol y la lluvia».

«Tendría que haber una prueba gratuita para que nos pudiéramos acostumbrar al nuevo sistema»
Francisco Page, también usuario habitual del transporte urbano de la capital, señala como una consecuencia lógica la vuelta al antiguo trazado porque «lo que habían hecho era una absoluta barbaridad», apunta. Page espera que las modificaciones que se realicen en el antiguo sistema «las hagan las cabezas pensantes del Ayuntamiento, y las hagan bien, por el bien del ciudadano».
En lo referente al modo el el que el Consistorio ha gestionado y continúa gestionando las modifiaciones de las líneas urbanas, Franscisco destaca que «falta información» por parte del Consistorio y señala como una opción positiva que se implementaran «días de prueba gratuita» cuando se introdujera alguna modificación porque «los ciudadanos podrían viajar en diferentes líneas sin tener que pagarlo de su bolsillo para interiorizar cómo funciona ahora el autobús». Page confiesa que con la puesta en marcha del servicio actual, él mismo pagó por desplazarse en varios recorridos y conocer de primera mano cómo iba a ser el transporte público en la capital conquense.

«Todos estamos perdidos y las modificaciones van a generar más confusión»
Paula Piñango Plaza es una de tantos conquenses que recurren al transporte urbano para llegar a su lugar de trabajo. La joven utiliza el autobús para llegar desde su domicilio hasta la Plaza Mayor, donde se encuentran sus obligaciones laborales. Piñanago sostiene que hasta ahora el sistema vigente había dejado a los usuarios «perdidos» y que muchas personas habían acudido a paradas que ya estaban suprimidas o habían ido directamente al intercambiador «porque no sabían si la parada que tienen más cerca de casa se había suprimido o no».
En lo referente a las modificaciones anunciadas por el Consistorio para la próxima semana, la joven apunta a que la sensación «es que todavía está todo en el aire» y que en caso de que el Ayuntamiento no de más información de la que había proorcionado cuando se cambió al trazado vigente «vamos a seguir todo el mundo perdidos y las modificaciones van a generar más confusión». La joven apunta a que, en su opinión, la vuelta al antiguo trazado podría perjudicarle laboralmente porque «es otra vez un lío, que ya no sabes bien los horarios, si bajas a tiempo o si lo has perdido».
Otro de los puntos en los que Piñango ha ahondado es el «mal funcionamiento» de la aplicación donde, señala, «no ponen los tiempos de espera de manera correcta y eso hace que pierdas el autobús, como me ha pasado hoy a mi, y luego tengas que estar aquí al sol esperando otros 40 minutos a que llegue otro». En este sentido Paula destaca que todavía no se sabe si la aplicación seguirá operativa con la vuelta al viejo trazado y apunta a las personas mayores como las grandes perjudicadas porque, destaca «nosotros, los jóvenes, podemos apañarnos con el móvil, pero muchas personas mayores no tienen ese recurso, por lo que debería informárseles más», concluye.

«Tenían que haber dejado los autobuses como estaban, aunque no estaban muy bien»
Carmen Lagullón Medina opta por aquello del «mal menor». La mujer, que utiliza el transporte público varias veces al día, ha achacado el aumento del tiempo de desplazamiento como uno de los grandes problemas del sistema vigente, precisamente por los transbordos en el intercambiador. Por ello, destaca Lagullón «tenían que haber dejado los autobuses como estaban, aunque no estaban muy bien» pero, destaca la mujer «aunque no funcionaban muy bien, por lo menos sabíamos que lo teníamos, no como ahora».
La vecina se muestra rotunda en calificar el sistema como un fracaso y, en relación a la modificación anunciada ayer por el Consistorio apunta que «no lo creeré hasta que no lo vea». Lagullón también ha querido hacer un llamamiento a los conquenses para que se movilicen ante situaciones como la que se ha vivido con el transporte urbano las últimas dos semanas porque, apunta «al conquense le cuesta mucho movilizarse».