La asociación Hispania Nostra incluye un nuevo monumento histórico de la provincia de Cuenca a la Lista Roja de Patrimonio por su estado de ruina y abandono. Se trata de la iglesia del convento trinitario Nuestra Señora de la Concepción en Santa María del Campo Rus. La agrupación que promueve la recuperación del patrimonio histórico de España sostiene que debe actuarse sobre el inmueble ya que corre riesgo de perderse en su totalidad, siendo además «el último resquicio que queda de un monasterio con un pasado esplendoroso».
Hispania Nostra manifiesta en su página web que el monasterio, hoy desaparecido, constaba de un claustro alto con doce celdas, el archivo, la biblioteca y algún cuarto más. En el claustro bajo se encontraba la portería, la hospedería, el refectorio, la cocina, la bodega, la cueva, otras estancias y un jardín con pozo. Desde el mismo se accedía a un corral grande con granero, cuadra, pajar y un pequeño palomar.
Lo único que se mantiene en pie en la actualidad es la iglesia que estaría adjunta a los claustros, de planta de cruz latina. De ella solo se conserva la nave principal separada por una pared del crucero, que se encuentra en ruinas con la cubierta y cúpula descansando sobre el suelo ya en forma de escombro tras su derrumbe en los años 70.






De hecho, el pasado mes de febrero nació en la localidad la Asociación Convento de Santa María para recuperar lo que queda de la infraestructura trinitaria fundada en 1564. Para llevar a cabo este ambicioso proyecto, la agrupación se ha abierto a la colaboración de la ciudadanía mediante cuotas anuales: 25 euros para personas físicas y 100 euros para personas jurídicas. Además, los interesados pueden seguir el desarrollo de la iniciativa a través de sus redes sociales, como Facebook, Instagram, y su canal de WhatsApp.
Historia
El convento fue levantado por decisión de los vecinos de la villa y el señor de la misma, don Antonio del Castillo Portocarrero, previa autorización de Felipe II y el obispo de Cuenca, y decidieron ubicarlo en una ermita muy antigua dedicada a la Purísima Concepción de María a la que llamaban Santa María del Campo, de la que el propio pueblo toma el nombre. El 11 de noviembre de 1564 se trasladó el Santísimo desde la iglesia parroquial al nuevo convento.
De aquí provienen el Eccehomo que hoy en día se conserva en la parroquia y el lignum crucis, regalos ambos de la reina Mariana de Austria a su confesor santamarieño fray Diego Jacinto Galindo. Ministro del convento fue Bernardo de Monroy, confesor del arzobispo de Toledo, redentor general y mártir en Argel. Rafael Díaz Cabrera, obispo de Mondoñedo, escritor y amigo de Lope de Vega, tomó aquí el hábito. Carlos Patiño, uno de los principales compositores del siglo XVII, maestro de la Real Capilla de Felipe IV, dio sus primeros pasos musicales en esta casa y Antonio de Castañeda, uno de los primeros frailes del convento, formó parte del consejo que otorgó poderes y dirigió el rescate de varios cautivos de Argel entre los que se encontraba Miguel de Cervantes.
Debido a los desperfectos que sufrió en la guerra de la Independencia, con la invasión napoleónica, así como en las guerras carlistas, y el abandono que sufrió tras la desamortización, hoy en día se ha perdido en gran parte el monasterio, quedándonos únicamente la iglesia, en malas condiciones y con riesgo también de desaparecer de no proceder a su restauración.