El Cristo Resucitado cae de las andas durante la procesión en la Colegiata de Belmonte

La imagen ha sufrido daños en la cabeza, donde tiene dos grandes grietas y se ha partido el brazo izquierdo a la altura del codo

Tras haberse suspendido la procesión del Domingo de Resurrección en Belmonte por la lluvia, se ha tomado la decisión de realizar un pequeño desfile por el interior de la Colegiata de San Bartolomé Apóstol ya que, dadas sus grandes dimensiones, permite recrear el momento en que las Santas Mujeres y los discípulos se enteran de la resurrección de Cristo tal y como se cuenta en el Evangelio. De este modo, se descubre a la Virgen y madre e hijo se encuentran ante la presencia de María Magdalena y San Juan, que son los personajes que aparecen en el fondo durante esta escena según el Evangelio que se lee el Domingo de Resurrección.

El desfile se encontraba en el punto álgido, justo en el momento del Encuentro, cuando la figura de Cristo se ha precipitado desde las andas debido a que el torno que asegura la talla estaba roto. El Cristo belmontino ha aterrizado a los pies del presidente de la Hermandad del Santísimo Sacramento de Belmonte y del párroco de la colegiata, Emilio de la Fuente que asegura que «ambos hemos puesto los pies para amortiguar la caída de la imagen, pero no ha servido de mucho». El Cristo resucitado ha sufrido graves daños a raíz del incidente, que se salda con «dos enormes grietas en la cabeza y el brazo izquierdo roto a la altura del codo», asegura el párroco.

Bienaventurados los que cuidan de sus hermanos

El accidente ha creado una gran conmoción entre los presentes en la iglesia que, de la Fuente asegura que «estaba llena de gente, pero gracias a Dios no ha habido que lamentar ningún daño personal». En un intento por sacar lo positivo de este hecho, el párroco ha aprovechado para pronunciar una homilía inspirada en el accidente. El padre ha reflexionado tomando como base el libro «Mi Cristo roto», de Ramón Cué, rememorando el siguiente extracto: «¿Por qué ante mis miembros rotos, no se te ocurre recordar a seres que ofenden, hieren, explotan y mutilan a sus hermanos los hombres? ¿Qué es mayor pecado? Mutilar una imagen de madera o mutilar una imagen mía viva, de carne, en la que palpito Yo por la gracia del bautismo. ¡Ohh hipócritas! Os rasgáis las vestiduras ante el recuerdo del que mutiló mi imagen de madera, mientras le estrecháis la mano o le rendís honores al que mutila física o moralmente a los cristos vivos que son sus hermanos.»

Emilio de la Fuente comenta que ha elegido este extracto al ver el gentío que se formaba en la iglesia a raíz de la caída, «porque día a día hay muchos Cristos de carne y hueso rotos por palabras y acciones de sus hermanos que no despiertan ni la mitad de preocupación de la que se ha producido ante la caída de la talla». Por ello, el párroco ha asegurado que «ahora comienza la segunda Pasión, la de los Cristos rotos que caminan entre nosotros» por los que hay demostrar preocupación en nuestro día a día, ha sentenciado, «porque de todo lo malo puede nacer algo bueno».

Vídeos del momento de la caída