¿Por qué un Día de las Escritoras?

Luz González Rubio. Vicepresidenta de la Asociación de Autores y Autoras Conquenses 

El 15 de octubre se celebra en todo el territorio español el Día de las Escritoras. El origen de esta celebración es relativamente reciente, surgió en 2016 por iniciativa de la Biblioteca Nacional de España, dirigida en aquel tiempo por la feminista Ana Santos, la Asociación Clásicas y Modernas, cuyo propósito es conseguir dar visibilidad a las mujeres en el mundo de la cultura, y la Federación Española de Mujeres Directivas (FEDEPE). 

Se eligió la festividad de santa Teresa de Jesús, nombrada doctora de la iglesia en los años setenta, en homenaje a esta escritora cuyo estilo, calificado de “humilde”, es característico de la situación de menosprecio hacia la mujer como autora intelectual válida por el clero de su época. En su tiempo, el convento era para muchas mujeres el único espacio en el que poder adquirir una formación cultural, donde exentas del trabajo de la crianza y atención a la familia podían dedicarse a leer y escribir, además de dedicarse a la oración.  

Los objetivos de conmemorar este Día son recuperar el legado de las mujeres escritoras, hacer visible su trabajo en la literatura y combatir la discriminación que han sufrido a lo largo de la historia. 

Visibilizando a las escritoras buscamos que se lean más libros escritos por mujeres. Somos más lectoras que lectores y, sin embargo, las estadísticas hablan de que también las mujeres leemos más a los escritores que a las escritoras. 

Hay muchas razones para seguir celebrado el Día de las Escritoras. Aunque las mujeres leamos más, el número de autoras en los catálogos de las grandes editoriales es mucho menor que el de autores, sobre todo en las de más prestigio y mayor número de ventas. Esta discriminación se dispara en los premios literarios. Cuanto mayor es el premio, mayor la diferencia. En el Premio Nobel, frente a los 103 escritores premiados, solo hay 18 mujeres. En porcentajes se ve más claro:  85,2 % hombres y 14,8 mujeres. 

Desde la creación del Premio Planeta en 1952, se ha concedido 52 veces a escritores, mientras que solo 20 veces han ido a parar a escritoras, incluida Carmen Mola, que luego resultó que eran tres hombres. Es decir, un 73 % hombres y 27 % mujeres. Si bien la tendencia es que el número de mujeres premiadas va en aumento en los últimos años. Mientras que en el premio Nadal, las premiadas son 18 frente a los 58 premiados, con una diferencia den porcentajes del 23,7 para mujeres y 76,3 para hombres. 

Naturalmente, la literatura solo refleja la discriminación que las mujeres sufrimos en los demás ámbitos de la sociedad. Los escritores, a lo largo de los tiempos, han tenido un despacho en el lugar más tranquilo de la casa o un estudio fuera de ella para poder escribir, además han tenido secretarias, esposas o novias que les han ayudado en sus carreras literarias. Desde León Tolstoi, al que su esposa le pasó a máquina varias veces la voluminosa novela Guerra y Paz, detrás de cada genio de la literatura suele haber una anónima mujer que le ha facilitado su labor y ha contribuido a su éxito.  Amas de casa abnegadas que se han ocupado de la familia para que el escritor escriba, mientras que las mujeres escritoras hemos tenido que conciliar maternidad y crianza con el oficio de la escritura. Y raramente han tenido el cuarto propio que pedía para nosotras Virginia Wolf. Hemos escrito en la mesa de la cocina como Silvia Plath, junto a la cuna o en cualquier sitio de la casa. 

Por todo esto y mucho más, celebramos este día.  

No es baladí que nuestra patrona sea una monja, además de santa. Era en los conventos los únicos lugares que la mayoría de las mujeres podrían obtener formación intelectual.  

Buscamos mayor solidaridad para que se lean libros escritos por mujeres. Somos más lectoras que lectores y, sin embargo, las estadísticas hablan de que leemos más a los escritores que a las escritoras.