Las criptomonedas o monedas digitales, lideradas por el Bitcoin, están más vivas que nunca. Aunque los movimientos de valor del Bitcoin (BTC), la moneda digital más popular, ya no ocupan tantos titulares, esta criptomoneda se ha convertido en una alternativa de inversión a los mercados bursátiles tradicionales. Los inversores siempre se han acercado a las criptomonedas como el BTC con una cierta precaución, debido a su valor de mercado altamente volátil. Sin embargo, el buen desempeño del Bitcoin como inversión y moneda digital ha atraído a los inversores tradicionales en los últimos tiempos, provocando un fuerte aumento de las inversiones y compra de Bitcoin. Esta criptomoneda es una herramienta de inversión que ofrece tres ventajas significas respecto a las inversiones tradicionales.
Alta demanda de mercado
El Bitcoin ha experimentado un crecimiento exponencial en los últimos años. Actualmente, el valor del BTC, que como cualquier otro activo depende directamente de su demanda, se mantiene estable por encima de los 10.000 dólares, cuando hace apenas tres años su valor era inferior a los 1.300 dólares. Un valor que seguirá aumentando en el futuro. Hay que tener en cuenta que es la primera moneda digital descentralizada (no está controlada por ningún gobierno o banco) que se utiliza en Internet, y no ha tenido problemas fundamentales desde su lanzamiento alrededor del mundo en el año 2009. Cada vez son más habituales y aceptadas. De hecho, Nueva Zelanza se ha convertido en el primer país en legalizar las criptomonedas para pagar sueldos. Una alta demanda de mercado que garantiza a los inversores de Bitcoin un futuro ilusionante a largo plazo.
Un mercado más minimalista
El mercado de valores puede ser abrumador para los nuevos inversores, especialmente por su gran cantidad de valores negociables como las acciones, los bonos o los fondos de inversión. Además, también exigen la presentación de diversos datos personales y cuentas financieras. Por su parte, el Bitcoin cuenta con un mercado más minimalista, ya que los inversores simplemente compran o venden BTC en los intercambios y los almacenan en sus monederos. El monedero es el equivalente a una cuenta bancaria, y permite a los inversores recibir Bitcoin, almacenarlos, y luego enviarlos a terceros. Unas transacciones que son muy rápidas, por lo que los inversores pueden enviar cualquier cantidad de Bitcoins en cuestión de minutos y sin importar el destino. Además, los expertos señalan que es imposible su falsificación o duplicación gracias a una sofisticada combinación de técnicas criptográficas probadas.
Una mayor liquidez
Hoy en día, el Bitcoin es considerado como uno de los activos más líquidos del mercado financiero. Los inversores pueden intercambio Bitcoin por efectivo o por otros activos como oro y criptomonedas en cuestión de minutos. Esta es una de las principales ventajas de las criptomonedas respecto a las inversiones tradicionales, ya que las acciones de una empresa que cotiza en bolsa requieren que las operaciones pasen por una institución de terceros como una bolsa de valores para procesar y liquidar órdenes. Una alta liquidez que permite a los inversores realizar intercambios para buscar ganancias a corto plazo, aunque el Bitcoin también es una buena inversión a largo plazo, especialmente por alta demanda de mercado.