Juegos populares de Cuenca y su legado digital

Los bolos conquenses, la billa o la calva y el boleo también llamado tángano o reja son algunos de los juegos populares más relevantes

Los juegos y deportes tradicionales son expresiones lúdicas heredadas de generaciones pasadas que, aunque en muchos casos no han sido reguladas por organismos oficiales ni convertidas en disciplinas federadas, siguen teniendo una presencia destacada en la vida cotidiana de numerosos municipios de Castilla-La Mancha, y especialmente en la provincia de Cuenca. Estos juegos, profundamente arraigados en la identidad regional, se desarrollaban en contextos rurales y aprovechaban los materiales que las personas tenían a su alcance como piedras, madera o metal. 

Algunas mecánicas básicas que hoy vemos en tragaperras online reguladas, como la repetición o la recompensa inmediata, ya existían en juegos populares tradicionales. Era una época en la que las posibilidades eran escasas, por lo que la imaginación y la optimización de los recursos resultaba esencial para encontrar un rato de ocio junto a amigos y vecinos. 

Bolos conquenses

Uno de los juegos más emblemáticos de la zona es el de los bolos conquenses. Este juego presenta una dinámica sencilla pero requiere destreza. Consiste en colocar nueve bolos en tres filas de tres, con una separación entre ellos de unos 3,5 metros. Desde una distancia larga, el jugador lanza una bola que debe recorrer casi 30 metros hasta alcanzar una viga de madera situada al fondo de la pista. Si logra que la bola llegue al final del recorrido, tiene derecho a una segunda tirada desde el lugar exacto en que quedó la bola.

Si lo ligamos con el entretenimiento digital actual, el recorrido de la bola nos recuerda al funcionamiento de una mesa de ruleta en un casino online. En ambos casos hay un mecanismo repetitivo que conduce hacia un resultado en el que el azar juega un papel determinante. Aunque en los tradicionales bolos conquenses la pericia del lanzador era un factor decisivo, no hay que subestimar el componente suerte que siempre está presente en este tipo de juegos. 

La billa y la calva

Otra modalidad relacionada con los bolos que ha sido motivo de ocio en Cuenca desde hace muchas décadas es la billa. En este caso, el objetivo es lanzar tres mazas consecutivamente sobre seis bolos. El reto consiste en lograr que, al finalizar los tres lanzamientos, solo quede un bolo en pie. La precisión, la estrategia y el control de la fuerza son fundamentales en este juego, que requiere no solo puntería, sino también cálculo en la dirección y potencia de cada maza.

Otro ejemplo de lógica repetitiva en un juego tradicional conquense se aprecia en la calva, una modalidad de precisión muy popular en algunas comarcas castellano-manchegas. El objetivo es impactar una pieza de madera, llamada calva, que se coloca a una distancia que puede superar los 14 metros. Para ello, cada jugador lanza un objeto metálico llamado marro o gorrón y cada vez que se acierta directamente sobre la calva, se anota un punto. Recuerda, en cierta medida, a los clásicos juegos de máquinas tragaperra que han estado presentes en bares y que, hoy en día, atraen a miles de usuarios a las salas digitales. Tanto en este juego tradicional como en los slots, el objetivo es conseguir aciertos tras numerosas tiradas. 

El boleo, el tángano o la reja

También originario de Cuenca, el boleo es una práctica deportiva que se basa en lanzar una bola de hierro o acero sobre un camino de tierra. El propósito es que la bola recorra la máxima distancia posible sin salirse del sendero marcado, conocido como «camino del boleo». Se puede jugar lanzando desde posición estática o en carrera, lo que añade una dimensión física adicional. El jugador que recorre la mayor distancia con el menor número de lanzamientos se proclama ganador en un juego que tiene un importante componente azaroso, pues solo los más experimentados pueden adelantarse a cómo responderá el terreno ante cada contacto con la bola. 

Las fiestas populares de los pueblos de Cuenca suelen recordar el juego del tángano, que consiste en colocar una piedra en posición vertical (llamada tángano) sobre la que se colocan monedas. Desde una línea determinada, los jugadores, por turnos, lanzan una piedra plana con el fin de derribar la tángana y hacer caer las monedas al suelo. El objetivo es recoger el mayor número de monedas posibles, lo que depende de la precisión del lanzamiento. Hoy en día, este tipo de lógica está muy presente en los slots online.  

Como colofon dejamos el juego de la reja, que es otra muestra del ingenio popular para transformar herramientas de trabajo en instrumentos de juego. Aquí se lanza una reja de arado, que puede alcanzar los 25 kilos de peso, con el objetivo de que se clave en el suelo con su punta hacia arriba. ¿Habilidad o suerte? Posiblemente sea una mezcla de los dos factores. Quien consigue el lanzamiento más largo gana la partida.

¿Se mantienen estos juegos tradicionales conquenses? Todos están presentes entre niños y adolescentes, especialmente en el mundo rural, si bien es una realidad que sus “sucesores digitales” les han ganado mucho terreno en cuanto al ocio, sobre todo cuando se hacen mayores.