Rober Guitiérrez sigue sin conocer la derrota en su actual etapa como entrenador de la Balompédica Conquense. El conjunto blanquinegro ha empatado este domingo por la tarde a cero con el Getafe B, que llegaba como líder a La Fuensanta y se ha ido con la misma condición. Un punto que se puede dar por bueno dada la entidad y posición del rival, aunque a pesar de varios pesares.
Las diferencias en la tabla clasificatoria no se notaron y fue un partido de dos equipos muy parejos en su desempeño mirándose de tú a a tú. Los primeros 20 minutos fueron paradigma de esa igualdad recíproca, de ese respeto que a veces viraba en temor. Una de las ocasiones de más peligro la tuvieron los getafenses en el 23, con un tiro de Rubi que se fue por encima del larguero. En el minuto 35 fue el equipo local el que vio cómo se anulaba un gol de Álvaro Sánchez por supuesto fuera de juego. Una decisión cuanto menos controvertida en el contexto de un arbitraje discutible para los intereses blanquinegros.
El iniciador de la jugada del gol anulado fue Yasin, quien poco después protagonizaría otros acercamientos peligrosos de un Conquense que nunca jugó a conformarse con el empate ni quiso disfrazarse de equipo pequeño.
Tras la reanudación, se alternaron las ofensivas de ambos equipos, cada vez más presionado por el cronómetro. En el 54 el balompédico Álvaro la lanzó al larguero y los azulones también regalaron su cuota de espectáculo.
En el minuto 83 se marchó expulsado el visitante Riquelme por doble amarilla y los de Cuenca -que, como es habitual experimentaron numerosos cambios- parecieron querer aprovechar la ventaja acelerando el ritmo, aunque hubo más ganas y velocidad que acierto. Ya en el tiempo añadido se reclamó un penalti sobre Álvaro, aparentemente derribado en el área, pero de las protestas al respecto lo único que se sacó en claro fue una roja para Ballesteros, el entrenador de porteros blanquinegros.
La sensación es que el Conquense lo estaba mereciendo más, sobre todo en esta segunda mitad, y lo sabían hasta los propios madrileños, que no desperdiciaban ocasión para perder tiempo. Sin embargo fueron ellos los que la tuvieron de manera más clara ya en el estertor del partido, al borde del pitido final, con un tiro casi a puerta vacía de Mykyta que se fue fuera para alivio general.
