Jesús Domínguez
Con la tarde pesada por un bochorno que hacía notar su presencia en los tendidos, la afición se acomodó en la plaza bajo un cielo caprichoso. Con jirones de nubes densas y claros de azul, el tiempo se fue estropeando de manera proporcional a como lo hizo la corrida, que fue de más a menos, aunque mantuvo una seriedad en la lidia y en la presidencia que invita a pensar que la Feria de San Julián va cogiendo “caché”. El silencio de la plaza ante la suerte suprema de cada toro fue la prueba de un público que exigía el toreo puro, propio de plazas de más categoría.
Uceda Leal y la lección de un veterano
Abrió la tarde un toro de Baltasar Ibán, un cuatreño justo de fuerza que Uceda Leal recibió con un capote genuflexo en un intento de atemperar su embestida. En el caballo, el animal cumplió una única vez. El madrileño brindó al respetable para iniciar una faena en la que, sabedor de lo que tenía, se vio obligado a torear a media altura. Pese a ello, el animal mostró nobleza por ambos pitones y permitió una segunda tanda de naturales de buen trazo. Mató en una suerte contraria que, aunque algo caída, resultó fulminante, permitiéndole cosechar la primera oreja de la tarde.
El cuarto, un Falorero de Montalvo, salió con la misma frialdad que la tarde se iba marchando. El viento se hizo con el mando de la plaza y el toro se convirtió en una prenda mansa a la que Uceda Leal no supo parar con el capote. En el último tercio, el toro mostró un toreo de carril, frío y sin transmitir nada, que tuvo como corolario una faena deslucida, propia del toro de la “merienda”. A pesar de que el animal parecía querer algo más de profundidad por el lado izquierdo, no fue suficiente para arreglar una tarde que se hundía por momentos. Mató en suerte natural que resultó más que suficiente para que el toro cayera sin descabello, lo que le valió los aplausos del público.
Fortes, entre la entrega y el ansia
El segundo toro, Zapatito de Montalvo, se mostró algo desentendido y rehuyó la pelea. Fortes, vestido de azul marino y plata, quiso meterlo en la muleta con un quite de capa en el que se vieron unas chicuelinas muy ajustadas, rematadas con tafallera. El tercio de banderillas fue lucido, obligando a sus subalternos a saludar. El malagueño, decidido a darle la vuelta a la tarde, comenzó su faena de rodillas en los medios con la muleta plegada. Tuvo un susto en la tercera tanda que recordó el peligro del animal, que cabeceaba, pero Fortes lo supo leer. Sonó el pasodoble Manolete durante una faena en la que el toro demostró tener más transmisión que el primero por el pitón derecho, pero que se negó a ir por el izquierdo. Mató en suerte contraria algo tendida y trasera que le valió para que el toro cayera sin descabello y con ello se hizo con una oreja.
El quinto, un Rabiosillo de Baltasar Ibán, salió derrotando en tablas. Al son del pasodoble Nerva, Fortes se fue a por él en la muleta, intentando que el animal humillara. La faena tuvo su mérito, pero el toro cabeceaba al final de los muletazos, lo que desmereció el trazo. La estocada, un bajonazo, le hizo perder el trofeo que la plaza ya tenía en la mano.
Alejandro Peñaranda: la voluntad de la tierra
El toro más grande y mejor de la tarde fue para Alejandro Peñaranda, un Rinconero de Montalvo de 638 kg que lo recibió a porta gayola con valentía. Fue mal picado, lo que le ganó una sonora pitada al picador, pero el conquense supo encelarlo bien con la capa. Un buen tercio de banderillas obligó a sus hombres de plata a saludar. La faena fue de más a menos, con unas primeras tandas por la mano derecha que levantaron al público y la música. Pero el toro, por la izquierda, fue perdiendo profundidad. Una destacada tanda final de manoletinas culminó la labor. “Sartenazo” en el primer intento. La plaza aplaudió el valor, pero el segundo intento tampoco fue suficiente, matando en su tercer intento con una estocada hasta la empuñadura. Recibió ovación y saludos en los medios.
El sexto y último, Camarito de Baltasar Ibán, también manseó. Un mal tercio de banderillas se ganó tímidos pitidos. El toro, falto de humillación, embistió a trompicones, imposibilitando al conquense ligar ninguna tanda. Se mostró más voluntarioso que lúcido, sin saber darle el terreno al toro. A pesar de su entrega, mató en suerte contraria y la estocada, algo trasera, no fue suficiente, obligando a un descabello. Hubo una petición de oreja más o menos importante, pero el presidente se mantuvo en su sitio y no la concedió.
Ficha del Festejo
PLAZA DE TOROS DE CUENCA. Lunes, 25 de agosto de 2025. Casi tres cuartos de entrada.
AMBIENTE: Tarde calurosa y bochornosa, con amenaza de lluvia. Animación en las gradas, con mención especial a las peñas. La corrida, en general, fue de más a menos, con una seriedad y rigor que invitan a pensar en la recuperación de la feria.
GANADERÍAS:
- Baltasar Ibán: 1º, 5º y 6
- Montalvo: 2º, 3º y 4º º. El 3º, Rinconero, fue el mejor.
TOROS:
- 1º Rabioso (552 kg): justo de fuerza.
- 2º Zapatito (534 kg): desentendido, con arreones al final.
- 3º Rinconero (638 kg): más grande y mejor de la tarde.
- 4º Falorero (558 kg): soso, sin transmisión.
- 5º Rabiosillo (514 kg): cabeceó y se rajó.
- 6º Camarito (509 kg): manso, embiste a trompicones.
ESPADAS:
- Uceda Leal: Oreja y aplausos.
- Fortes: Oreja y aplausos.
- Alejandro Peñaranda: Ovación y tímida petición de oreja.
OTROS DATOS:
- Trajes: Fortes (azul marino y plata); Peñaranda (tabaco y oro); Uceda Leal (celeste o purísima y oro).