Belén Estival. Musicóloga e intérprete.
Hay nombres de compositores que nos resultan muy familiares; de otros, sin embargo, no sabemos lo suficiente. Este es el caso de Heinrich Schütz (1585-1672), hombre que vivió entre dos siglos, bebiendo de la estética contrapuntística de finales del siglo XVI y de la nueva música italiana (Nouve Musiche) del siglo XVII, que postulaba poner la melodía al servicio de la palabra. A pesar del desconocimiento que todavía envuelve a su obra, Schütz está considerado hoy como uno de los compositores alemanes más importantes antes de Johann Sebastian Bach, en quien influyó significativamente.
Poner en relieve a compositores menos conocidos ha sido una constante de la SMR a lo largo de su historia. Gracias a esto, los conquenses, como escuchantes privilegiados, hemos podido escuchar la obra de Schütz en diferentes ocasiones, disfrutando de su Magníficat, Salmos y, en tres ocasiones, de su Pasión según San Juan, la última vez en la edición del 2002 (XLI).
Veintitrés años después, en el Espacio Torner, Concentus König, bajo la dirección de Jorge Suárez, nos ofreció su Pasión según san Mateo SWV 479. El oratorio, en dos partes, es una obra dialogada a cappella, sin apoyo instrumental, con el fin de dar toda la fuerza a la palabra resaltando la verdad del evangelio. Las sinceras convicciones luteranas de Schütz le hicieron buscar, en esta creación de 1666, la sencillez y la autenticidad, dibujando mínimos contrastes para adherirse al texto escrito por Martín Lutero.
Para escuchar estas creaciones espirituales, el espacio y el momento son tan relevantes como cualquier otro aspecto interpretativo. Por ello, su programación en el Espacio Torner y en la mañana del Viernes Santo resultó muy acertada.
Respecto a la interpretación, Concentus König creó un equilibrio mágico con el silencio expresivo, utilizado en todas sus facetas. No solo para que pudiéramos apreciar la perfecta dicción del alemán, sino también para crear momentos de expectación, como el generado en el prendimiento de Jesús o cuando es abandonado por sus discípulos y, en la parte final, al anunciar la muerte de Cristo.
La caracterización de los personajes creada por Schütz, se reforzó con el lenguaje no verbal y con el movimiento de los cantantes, contando únicamente con la presencia, en el escenario, de los protagonistas de cada escena; un recurso sencillo pero de gran efecto para centrar la atención del auditorio. Como evangelista, Diego Blázquez demostró en su tesitura de tenor un dominio absoluto del estilo parlando, enfatizando las inflexiones del habla con total naturalidad. El resto de solistas estuvo igualmente acertado y el coro, compenetrado en el papel de los personajes secundarios, aportó fuerza y dramatismo, especialmente en la representación de las turbas.


A diferencia de otros grupos que diversifican mucho sus propuestas y repertorios. Concentus König es un ensemble enfocado en la música del primer Barroco alemán, siendo auténticos especialistas de este repertorio y su contexto. La interpretación, ideada por Jorge Suárez, respiró ese conocimiento de principio a fin.
Al finalizar la obra, el público quedó en silencio y, tras unos segundos, se escucharon seis minutos de aplausos; un tiempo que habla por sí solo de la recepción del auditorio ante la excelencia interpretativa de esta Historia de la pasión y Muerte de nuestro Señor y Salvador Jesús, el Cristo, según el Evangelista Mateo. Emocionados, los cantantes de Concentus König pudieron apreciar cómo algún escuchante lloraba ante este relato austero y conmovedor.
