Las cervezas de «marca Cuenca», un producto de oro en peligro de extinción

Cervezas Dawat y Cervezas Tormo son las dos únicas marcas que quedan en la provincia en una apuesta por el origen, lo natural y los productos de kilómetro cero

Las cervezas conquenses llevan más de diez años presentes en los estantes de los comercios locales y tras las barras de algunos de los bares de la provincia. Un producto de oro en el que los ingredientes son de kilómetro cero y cuya producción tiene un impacto positivo a diferentes niveles en el tejido económico y productivo provincial. Aunque parece que la cerveza de «marca Cuenca» lo tiene todo en la receta del éxito, la realidad es que de las múltiples iniciativas cerveceras que han ido naciendo a lo largo de los años solo Dawat y Tormo se mantienen en el tiempo, por lo que el zumo de cebada es un producto prácticamente en extinción.

Javier Donate, gerente de Cervezas Dawat, no se lo pensó cuando hace 12 años se lanzó en su aventura empresarial cervecera, «aunque mucha gente empieza por hobby o con pequeñas producciones yo aposté directamente por crear una empresa y producir un producto que me ha gustado toda la vida», apunta. Donate refiere que «fueron dos años entre formación y que lo tuvimos todo listo hasta que nos pudimos poner a producir». Un caso muy diferente es el de Cervezas Tormo, una empresa que cuatro amigos comenzaron en una granja cuando estaban alimentando a los animales, «a uno de los socios, Andrés, que estaba echándole malta, maíz y cebada a los animales se le ocurrió utilizar estos productos para producir cerveza, y así empezamos, de una manera muy rudimentaria en el garaje de un amigo a las afueras», comenta Carlos Sevilla, uno de los socios fundadores.

Variedad de Cervezas Dawat. FOTO: Cervezas Dawat

El proceso de crecimiento y el hacerse un nombre, en el caso de Dawat tuvieron el hándicap de los pioneros, pues fueron «la primera marca de cerveza artesana en Cuenca y una de las cuatro o cinco primeras a nivel nacional», según asegura Donate. Acercar al consumidor un producto que era conocido a nivel industrial, pero no se había elaborado apenas en España a nivel artesano, saber manejarse en el sector, controlar los tiempos y la producción es algo que, a pesar de que vivieron estos pioneros conquenses antes no cambió mucho para los de Tormo según asegura Sevilla. El socio fundador de Cervezas Tormo apunta que «hay todo un proceso formativo para saber hacer una cerveza de calidad, además, claro está de las cuestiones a nivel legal como darse de alta como marca y en el registro de alimentación».

En estos mismos procesos, como en cualquier otra empresa, el factor de la rentabilidad es uno de las principales cuestiones a las que se enfrentan los emprendedores del lúpulo. En este caso es la «falta de cultura cervecera» uno de los principales problemas para estos negocios en la provincia, según señala Sevilla: «en Cuenca se bebe mucha cerveza pero cervezas industriales con unos sabores que sabes que van a gustar a todos los paladares, que son muy fáciles de beber y el público conoce muy bien», pero «la cerveza artesana por su sabor, su precio y lo poco conocida que es es mucho más difícil de vender». Por su parte, Donate refiere que «es un sector difícil en el que tardas tiempo para que controlar bien todos los procesos y todos los mercados, estos años no han sido años especialmente complicados entre el Covid y la inflación». Además, el gerente de Dawat opina que «lo más difícil es estabilizar una producción con calidad».

Cervezas Tormo en un maridaje con las trufas de la tierra. FOTO: Carlos Sevilla

Con productos de kilómetro cero, un profundo respeto por el origen y en busca de matices que les permitieran crear sabores propios, reconocibles, que huyeran de las cervezas industrializadas, los cerveceros conquenses han apostado por empezar con sabores «que se bebieran fácilmente y pudieran hacernos un hueco entre el público», según señala Sevilla. Siguiendo esta lógica, Tormo sacó en primer lugar «una Irish Red, una cerveza tipo irlandesa con la malta ligeramente caramelizada que gustó mucho a la gente», esta cerveza es una de las cuatro que la marca tiene «más estabilizadas» en su producción. En el caso de Dawat, elaboran unas 25 variedades diferentes de cerveza, «cada una con su estilo y particularidades» aunque para Donate la principal diferencia «es que el cariño que le aplicamos y que detrás de cada cerveza hay gente de Cuenca trabajando y empeñándose todos los días en mejorar, y sinceramente creo que se nota una evolución muy grande desde hace 12 años a día de hoy».

Cerveza reivindicativa «Mirando pa Cuenca» de Cervezas Dawat. FOTO: Cervezas Dawat

Por el camino han sido muchas las ya extintas marcas de cerveza en Cuenca que se han quedado por el camino, como la desaparecida Ganchera. En este aspecto, para Carlos Sevilla que «a cerveza artesanal, a nivel de una producción muy pequeña, es muy compleja de mantener económicamente» el socio de Tormo apunta que «parece mentira pero en una provincia como Cuenca es difícil ser profeta en tu tierra porque el consumidor busca precios muy competitivos y no es muy fácil que los hosteleros apuesten por un producto como este al que el consumidor no está acostumbrado y no saben si van a poder vender». Por su parte, el gerente de Dawat refiere que «somos optimistas, porque estamos haciendo productos de calidad y naturales que poco a poco van teniendo más aceptación entre el público». A la promoción de la cerveza artesanal, según apunta Dawat, las alianzas entre los productores de Cuenca creando marcas conjuntas «han sido un impulso muy importante» que marcas como Dawat «apoyamos organizando nuestros propios eventos todos los sábados en la cervecera para acercar nuestro producto al público».