La Folía en los nuevos caminos de la interpretación histórica

Crítica del concierto de la Semana de Música Religiosa celebrado lunes Santo, 14 de abril a las 20:00 horas, en la Fundación Antonio Pérez.

LA FOLÍA - De Jesús propagarás. Fundación Antonio Pérez. SMR 2025. Foto: David Gómez

Belén EstivalMusicóloga e intérprete.

La Folía es un conjunto historicista, liderado por el musicólogo y flautista Pedro Bonet; cuenta con una larga e importante trayectoria nacional e internacional, tanto a nivel interpretativo como discográfico. A pesar de este rico bagaje, fue en la tarde de ayer cuando participó por primera vez en las Semanas de Música Religiosa de Cuenca con una propuesta innovadora, en línea con su investigación desarrollada durante tantos años.

En el auditorio de la Fundación Antonio Pérez se pudieron escuchar piezas orientales, solos instrumentales, un estreno contemporáneo y diversas obras pertenecientes a archivos americanos de Bolivia, Guatemala y Perú. El concierto finalizó con recitativos y arias seleccionadas de la ópera San Ignacio, de autor desconocido del siglo XVIII. Como vemos, La Folía ofreció un repertorio poco frecuente y exigente, pues es claro que procede de una investigación archivística de procedencia geográfica dispar,  combinando diferentes estilos y estéticas.

El concierto se vertebró en torno a la implantación de la música europea en América y en Asia con los viajes de San Francisco Javier, en clara sintonía con la temática del festival. A día de hoy, contamos con fuentes literarias e iconográficas que avalan la interpretación de  misioneros europeos que viajaron con flautas y laúdes, instrumentos ligeros de transportar en los largos viajes marítimos de los siglos XVI a XVIII. Por tanto, lejos de ser una especulación, la propuesta de Pedro Bonet nos abrió la mente a otras realidades sonoras del pasado.

La interpretación comenzó con obras conservadas en el archivo de la Catedral de Guatemala. Las partituras allí custodiadas son de altísima calidad, como apreciamos al escuchar Jesús y lo que subes y Ausente del alma; obras pertenecientes a dos compositores guatemaltecos, Manuel Joseph Quirós (¿-1765) y Rafael Antonio Castellanos (¿-1791), tío y sobrino, ambos maestros de capilla de la Catedral.

Esta parte se completó con el Bayle del Chymo-Tonada del Chymo, de los manuscritos conocidos como Trujillo del Perú, partituras que fueron enviadas desde América a Carlos IV, razón por la que se conservan en la Biblioteca del Palacio Real de Madrid. La interpretación de esta danza cantada, en lengua mochica, resultó brillante por la excelente compenetración de las sopranos y las flautas, y la excelente ejecución del bajo continuo por parte de Calia Álvarez en la viola da gamba y Juan Carlos de Mulder en el archilaúd y la guitarra barroca.

Tras esta Tonada pudimos escuchar una pieza a solo para el archilaúd; el laudista Juan Carlos de  Mulder demostró su buen hacer con el instrumento, con un bello fraseo, un  sonido redondo en los graves y brillante en los agudos. La acústica reverberante de la sala nos hizo disfrutar de la Tocata y Capona de Giovanni Girolamo Kapsberger (1580-1651), compositor vinculado con la Compañía de Jesús de Roma, y uno de los más avanzados de su época por sus cromatismos y la búsqueda de nuevas posibilidades expresivas en el laúd.

Tras esta pieza, La Folía nos introdujo en El siglo ibérico de Japón, recitando textos sacros en japonés antiguo y chino mandarín de los siglos XVII y XVIII. Delia Agúndez e Ignacio Zaragoza, soprano y flautista, interpretaron sus melodías desde el fondo de la sala, enfrentados al dúo gemelo formado por Celia Alcedo y Pedro Bonet. La estética de la música oriental unida al juego sonido-espacio dio un resultado acústico único. Las sopranos Alcedo y Agúndez sorprendieron por su compenetración y perfecta afinación. 

Hay que felicitar a La Folía por la inclusión de música del siglo XXI dentro de un recital de música “antigua”. Esta práctica es bastante frecuente en Europa y muy pocas agrupaciones españolas la practican. La obra de David Ruiz Molina (1979), con libreto de Fernando Vidal (1967), Llamada y partida. I. De la vendimia de Valdemoro a la Ciudad Prohibida, constituyó el estreno mundial de la primera parte de la composición. Se fundamenta en la vida de Diego de Pantoja (1571-1618), misionero madrileño que llegó a Pekín a principios del siglo XVII. Su misión estuvo marcada por el establecimiento de puntos de contacto entre el confucianismo y el cristianismo, idea recogida en los textos y estética de la pieza.

La composición de Ruiz Molina nos permitió escuchar los recursos de la viola da gamba, la guitarra barroca y las flautas de pico en conexión con las voces, dentro del marco del lenguaje de un autor contemporáneo. Fue estimulante descubrir las posibilidades de estos instrumentos encasillados, casi siempre, en la música de siglos pasados.

LA FOLÍA – De Jesús propagarás. Fundación Antonio Pérez. SMR 2025. Foto: David Gómez

El público felicitó efusivamente a Pedro Bonet, a los integrantes de La Folía y a David Ruiz Molina por el diseño del concierto y el novedoso repertorio interpretado. Un recital que visualizó el poder de la música para conectar pueblos de distinto pensamiento y religión.