La FAP apela al respeto y estima suficientes sus medidas contra el vandalismo: «Nunca hemos sufrido un ataque»

El director de la Fundación Antonio Pérez señala que "jugamos con medidas disuasorias como son las cámaras grabando las 24 horas y el vigilante de seguridad permanente"

Los museos europeos han registrado durante este mes de octubre una oleada de ataques a algunas de sus obras de arte más emblemáticas por parte de activistas climáticos. Este jueves la ‘víctima’ ha sido ‘La joven de la perla’ de Vermeer en La Haya, este domingo fue un lanzamiento de puré de patatas a un cuadro de Monet cerca de Berlín. El 14 de octubre en Londres la agresión fue contra «Los girasoles» de Van Gogh y el pasado día 9 al cuadro de Pablo Picasso «Masacre en Corea» expuesto en Melbourne.

El director de la Fundación Antonio Pérez (FAP), Jesús Carrascosa, apela «a la conciencia de los ciudadanos y al respeto a los bienes que son de todos. Para nosotros las medidas que tenemos creemos que son suficientes. Si en esos museos, con todas las medidas que tienen, lo pueden hacer….hagamos lo que hagamos en Cuenca tambien podría ocurrir. Nosotros jugamos con medidas disuasorias como son las cámaras grabando las 24 horas y el vigilante de seguridad permanente. Si alguien quiere hacer algo, lo van a hacer». De hecho, la fórmula parece que ha funcionado. «Nunca hemos tenido un caso de estos en todos los años que lleva a abierta la Fundación. Nada. Nadie ha atentado contra ninguna obra y eso que la Fundación es un sitio con muchos rincones para hacer algo. La gente ha sido siempre respetuosa y estamos encantados».

Estas mismas fuentes resaltan que «nosotros siempre hemos jugado con la idea de que la gente respeta el arte y no se puede convertir en objeto de lucha política porque están perjudicando a todas las generaciones. Hay muchas maneras de protestar sin tener que atentar contra un cuadro que es una referencia cultural que ha ido pasando de generación en generación». 

Carrascosa pone de relieve el cantioso desembolso económico que requiere la impanación de medidas de seguridad. «Tenemos el vigilante de seguridad todo el tiempo y las cámaras vigilando las 24 horas. Pero más allá…no podemos hacer nada. La Fundación es demasiado laberíntica y necesitaríamos tener un vigilante jurado en cada sala. Algo imposible».