“La Facultad se adaptará a las nuevas circunstancias con normalidad, que los alumnos estén tranquilos”

Entrevista con Santiago Yubero, decano de la Facultad de Ciencias de la Educación y Humanidades de la UCLM

Santiago Yubero

Santiago Yubero es el decano de la Facultad de Ciencias de la Educación y Humanidades que, como todo el ámbito académico de nuestro país, ha tenido que adaptarse a las circunstancias extraordinarias que ha provocado la pandemia del coronavirus, con el cierre de las aulas y el paso a un sistema no presencial de enseñanza. En esta entrevista Yubero relata tanto cómo han sido estos meses como las medidas que se han tomado para garantizar a los alumnos la seguridad y la calidad de la enseñanza para el curso que viene.

– Lo primero es preguntarle cómo han afrontado el periodo de confinamiento desde la facultad. ¿Cómo se han organizado y cómo han trabajado?

Antes de cerrarse la universidad habíamos tenido una reunión previamente con decanos y directores para ver qué se hacía, y cuando se cerró lo que se hizo fue transferir lo que era presencial a virtual. La universitaria con respecto al resto de enseñanzas tiene una ventaja y es que ya venía trabajando de forma virtual en algunos ámbitos, fundamentalmente, más que en las clases cotidianas, en másteres que son totalmente online y tenía toda la infraestructura para hacer esto. El problema fue que realmente la docencia no estaba ajustada a la metodología virtual y ha sido durante este tiempo un poco mixto y ha habido que ajustarlo más  a esa metodología, con clases más cortas, participación de los alumnos, con una enseñanza más centrada en el propio alumno porque trabaja con referencias, etc…. Nos hemos adaptado bastante bien, de hecho hemos tenido, a través de una plataforma que habilitó la Universidad, contacto entre todos los profesores y sobre todo con los alumnos para ajustar todo tipo de problemas que han ido surgiendo, porque había alumnos que no disponían de recursos digitales apropiados y se les han mandado ordenadores con tarjetas, etc… La verdad es que hemos funcionado bien, con muchísimo trabajo pero así es como nos hemos movido y los alumnos han estado contentos, ahora están entregando sus trabajos de grado con bastante éxito.

– ¿De alguna manera se ha resentido el cumplimiento de los objetivos de cada uno de los cursos de la facultad o han podido dar toda la programación establecida para estos meses?

Lo que se ha hecho es una adaptación partiendo de lo que era fundamental, qué era importante y qué era menos importante. En general lo importante se ha dado todo, se han desarrollado las competencias que estaban programadas y en general podemos decir que un porcentaje muy alto se ha dado. El problema fundamental han sido las prácticas, había alumnos que estaban en prácticas en institutos, en ayuntamientos, en asociaciones, en empresas privadas, y a algunos les pilló haciendo las prácticas por lo que tuvimos que adaptar esto y ajustar esas prácticas a un planteamiento más teórico, de proyectos más vinculados a los lugares donde estaban trabajando. Resentirse siempre se resiente una adaptación de este tipo nunca vivida pero yo creo que los alumnos están muy contentos y nosotros también. En otras titulaciones como las de la rama de salud o ingenierías estas prácticas son claves y ellos han tenido más problemas pero nosotros en nuestras titulaciones nos hemos adaptado bastante bien.

– Me decía que la Universidad ha atendido a aquellos alumnos que tenían problemas a la hora de recibir la enseñanza virtual. ¿Ha sido muy común esto? ¿Cómo han visto los recursos que tenían los alumnos para una situación como esta?

En general los alumnos tienen la tecnología suficiente como para poder seguir estas clases, con ordenadores, tablets o incluso teléfonos móviles, pero sobre todo los problemas han estado causados por los lugares donde viven, porque no en todos los sitios hay infraestructuras de internet suficientes para ello. La Universidad lo que ha hecho en estos casos ha sido acercarles ordenadores con tarjetas e incluso algunos de ellos han tenido que trabajar a través del móvil, nosotros nos hemos adaptado a los alumnos, hasta tal punto nos hemos adaptado a sus circunstancias que la propia Universidad ha tenido un servicio de atención psicológica a los alumnos porque la situación no sólo ha sido de cambio presencial a virtual, ha habido una situación de confinamiento, de pandemia, con muertes y problemas sociales y personales y la Universidad ha tratado de atender a estos alumnos en todos los aspectos. El servicio de atención psicológica del campus de Cuenca está en nuestra facultad y la persona que lo lleva ha ayudado a todo el que lo ha necesitado y nos ha ido dando una información general, totalmente anónima eso sí, para que nos fuéramos ajustando a las necesidades de los alumnos. La clave ha estado en que los alumnos han visto por un lado que no iban a perder el año y por otro que la Universidad ha estado a la altura requerida. Ellos también lo han estado, yo estoy muy contento con los alumnos y con sus representantes, en general han respondido muy bien.

“En general los alumnos tienen tecnología suficiente para poder seguir estas clases, pero los problemas han estado en los lugares donde viven, porque no en todos hay infraestructuras de internet suficientes”

– ¿Han aumentado mucho esas atenciones psicológicas a los alumnos?

Sí, han aumentado mucho. Hubo problemas de ansiedad, porque también es verdad que los alumnos prefieren presencialidad sobre todo cuando una persona no está trabajando y no puede compaginarlo. Los alumnos en general prefieren la enseñanza presencial y así lo han manifestado en encuestas que les hemos hecho, les resulta más fácil, los profesores, en general, facilitan el aprendizaje y se interactúa y se trabaja en grupo. Y al transforma todo en modo online se genera una tensión porque hay que trabajar con materiales, porque las clases se han seguido dando a través de la plataforma, y ha crecido la ansiedad, el nerviosismo, incluso a veces angustia por cómo iban a ser los exámenes, así que sí se ha atendido más a los alumnos.

– Y supongo que porque además de a ese escenario lectivo algunos se habrán tenido que enfrentar también a situaciones de enfermedad o incluso fallecimiento de algún familiar o allegado. Todos hemos padecido de una manera u otra la pandemia.

Claro, hay muchos alumnos de fuera de Cuenca, casi el 70%, y su situación ha sido complicada, con familiares enfermos o fallecidos y esto ha supuesto un estrés añadido muy grande. Hemos intentado ayudarles y sobre todo adaptarnos cuando surgían problemas y creo que hemos salido bastante bien de este tema sabiendo que era una situación anormal pero que creo que hemos resuelto con éxito.

– ¿De alguna manera toda esta experiencia puede suponer un cambio de paradigma en la enseñanza universitaria? ¿Es un primer paso para que la universidad cambie o es preferible mantener la presencialidad y los métodos tradicionales?

Nuestra facultad precisamente está especializada en metodología docente, somos la Facultad de Ciencias de la Educación y Humanidades, y en ese sentido nosotros lo hemos debatido y llevamos debatiendo tiempo. Lo que ha supuesto esta pandemia es un gran impulso para la tecnología, si hoy vamos a una sociedad tecnológica esto lo ha impulsado a una sociedad todavía más tecnológica donde el uso de recursos online son claves. Ahora bien, las universidades presenciales tienen su punto fuerte en la cercanía, la relación entre los estudiantes, por ejemplo esta Universidad en lo que gana a otras es en el trato con los alumnos, las clases no son muy mayoritarias, hay clases de 20 ó 30 alumnos, así que la enseñanza está personalizada, la relación es muy cercana. Yo creo que hay que combinar la presencialidad con lo virtual, eso está claro, y en algunas cuestiones, sobre todo cuando quieres internacionalizar un determinado producto académico como puede ser un máster, un curso o unas jornadas lo que tienes que hacer es construirlo como virtual para que cualquiera pueda acceder desde cualquier sitio del mundo, de hecho ya en nuestra facultad tenemos másteres online con el 80% de alumnos internacionales.

“Lo que ha supuesto esta pandemia es un gran impulso para la tecnología, si hoy vamos a una sociedad tecnológica esto lo ha impulsado”

– ¿Y a partir de ahora qué? ¿Cómo se está preparando la facultad para un curso que va a comenzar con muchas incertidumbres?

Tenga en cuenta que tenemos que atender a las normativas que se van marcando y que van cambiando de un día para otro. Estamos dentro del planteamiento general de la Universidad, que es máxima presencialidad posible, partiendo de eso de forma prioritaria lo que iremos haciendo es añadir una parte virtual a la docencia. Lo que vamos a hacer el año que viene es adaptar los espacios para que haya seguridad y luego tendremos lo que llamamos la presencialidad virtual en la que los alumnos tendrán que conectarse a las explicaciones del profesores, unas dadas en el aula y otras en casa, para poder seguir las clases. Y luego se haciendo un trabajo importantísimo en la Universidad en las bibliotecas para que los libros se puedan descargar digitalmente, para que esas referencias se puedan utilizar sin necesidad de tener el libro físico. Yo creo que va a haber normalidad basada fundamentalmente en la presencialidad, esa es la idea del ministerio, de los rectores y de nuestra Universidad, arropando a los alumnos y a los padres, por supuesto. La gente tiene que estar tranquila con esto.

– ¿Tenéis alguna novedad desde el punto de vista académico?

Nuestra facultad tiene fundamentalmente dos grados: Humanidades y Educación Social y además tiene centros de investigación como el CEPLI y otros grupos de investigación. Con respecto a Humanidades hay dos especialidades, los estudios de Letras vinculados a la docencia y Estudios Turísticos. El curso que viene ya se implanta el campus los estudios de Turismo, que tendrán una implicación directa con Humanidades, con bastantes créditos comunes aunque no pertenezca a esta facultad. También hay un máster que empieza el curso que viene de Humanidades y Periodismo sobre producción y difusión cultura y hay algunas ideas nuevas para las dobles titulaciones, en principio todo normalidad también con las salidas de estudiantes, profesionales, etc…. Y en Educación Social la clave, que tiene bastante demanda, es que está la posibilidad de una pasarela a otra titulación que es Trabajo Social y los alumnos que hacen cualquier de estas dos titulaciones pueden cursar la otra y eso les da una sólida formación para la búsqueda de trabajo.

– ¿La movilidad de los alumnos también se va a permitir?

Sí, los alumnos van a poder hacer Erasmus o incluso cursos enteros en otras universidades europeas o españolas. Todo depende de la evolución de la situación pero en principio se mantiene todo como en años anteriores, tanto en las becas Erasmus para estudiar en otro país como las becas SICUE, con progamas nacionales con otras universidades. 

– Estamos ya en periodo de preinscripción y matriculación y es importante el mensaje que lancen a esos nuevos alumnos, y sus familias, que se van a incorporar a la facultad en su primer año de estudios. ¿Qué mensaje quiere transmitirles desde estas páginas?

Fundamentalmente de normalidad dentro de la situación que vivimos. La Universidad en general y nuestra Facultad en particular están preparadas para recibirlos y atenderlos como siempre lo hemos hecho y además con plenas garantías de salud, adaptándonos a la presencialidad y con el desarrollo de todo lo virtual que ya veníamos preparando. Las facultades ya están abiertas, están preparando los espacios y habrá una adaptación a las circunstancias a las necesidades de los alumnos en función de sus propias características, nos adaptaremos a esa situación pero por supuesto con normalidad y tranquilidad. Los jóvenes, en una situación como esta, la educación y la formación que puedan recibir es un tesoro, porque eso no nos lo va a quitar nadie, la educación es lo que llevamos siempre y es una garantía de nuestro futuro, podemos perder muchas cosas pero nunca perderemos nuestra formación y eso nos asegura un futuro mejor.