Gradualia. Polifonía de Adviento

El primer ciclo de Adviento de las SMR ha concluido con otra agrupación nacional, de excelente calidad y especialización,

Manuel Millán de las Heras

El primer ciclo de Adviento de las SMR ha concluido con otra agrupación nacional, de excelente calidad y especialización, interpretando uno de los periodos y géneros más habituales dentro de la programación histórica de las Semanas de Música Religiosa: la polifonía renacentista.

El escenario fue la iglesia de San Pedro, otro templo de especial belleza y peculiaridad de nuestro rico patrimonio, con planta octogonal y una bóveda que hace ascender los sonidos y que éstos reverberen en demasía –no tanto como la iglesia de San Andrés— pero que se acomoda aceptablemente a un coro de ocho voces. Respecto a los escenarios, me resulta incomprensible, e incluso insultante, el cierre y deterioro de la mejor sala de conciertos de la ciudad: la iglesia de San Miguel. La recuperación, puesta a punto y fomento de este templo desacralizado y de propiedad municipal es urgente y no se puede dilatar ni prorrogar. Las SMR lo necesitan y el Ayuntamiento tiene la obligación de resolverlo ya.

Respecto a la agrupación –y como bien apunté en el primer párrafo— es excelente por tres motivos. El primero es porque su director –Simón Andueza— conoce a la perfección el estilo. Las entradas contrapuntísiticas eran tan diáfanas como expresivas y las notas largas siempre son atacadas desde un sutil crescendo. El segundo es porque la dicción de los cantantes es exquisita y los contrastes con los pasajes homofónicos muy marcados y estudiados. El tercero es por la gran calidad individual de las voces, aunque eché en falta un poco más de presencia en la cuerda baja.

El repertorio tuvo como protagonistas a los grandes polifonistas españoles: Francisco Guerrero, Cristóbal de Morales y Tomás Luis de Victoria. Junto con ellos, grandes polifonistas del resto de Europa como Palestrina, Duarte Lobo, William Byrd o William Mundy. El concierto se completó con dos autores del primer barroco y barroco medio: Aguilera de Heredia y el maestro de capilla de la catedral de Cuenca Alonso Xuárez. Repertorio de belleza hipnótica y muy bien explicado por su director, que tuvo una notable lucidez pedagógica, sazonada con un entusiasmo que fue muy bien percibido por el público.

Quiero hacer un apartado especial a un hecho que se debe replantear la nueva dirección de las SMR. La recuperación de la figura de Alonso Xuárez tiene nombre y apellidos: José Luis de la Fuente Charfolé, compositor, musicólogo y docente que se ha dedicado en cuerpo y alma a la recuperación de su obra en la catedral de Cuenca. Nuestro festival tiene que valorar los trabajos realizados por estos grandes profesionales y, al menos, nombrarlos en los programas de conciertos cuando sus ediciones son utilizadas. El sutil ecosistema de la música culta tiene que hacer convivir a todos y hay algo evidente:  sin el maestro Charfolé, Alonso de Xuárez no hubiera sonado ni ayer ni hace tres años en el concierto monográfico en la catedral.

Para terminar, valoro muy positivamente el ciclo de Adviento. Ha sido una manera inteligente de retomar las SMR este año sin desvirtuar la esencia del festival, que tiene que celebrarse en Semana Santa. Se ha apostado por agrupaciones mayoritariamente nacionales pero de primera línea internacional. Algo así se pudo haber hecho este año en la fecha natural, pero el patronato no lo consideró necesario. ¿Qué hay que mejorar? Principalmente, que el nuevo director conozca la idiosincrasia de la ciudad, todas sus posibilidades y la temperatura de los templos en invierno. También, mejorar unas notas al programa bastante mediocres, sin explicaciones ni componentes de las agrupaciones, e incluso sin incluir los movimientos de las obras de larga duración. Creo que Daniel Broncano ha empezado con muy buen pie. Esperemos a febrero para conocer la programación de 2022.