“Esta es una facultad cercana, donde los profesores atienden a los alumnos de una forma personal”

Entrevista a José Luis González Geraldo, decano de la Facultad de Ciencias de la Educación y Humanidades de Cuenca.

José Luis González Geraldo es el nuevo decano de la Facultad de Ciencias de la Educación y Humanidades, sustituyendo en el cargo a toda una institución en la facultad y en la universidad como es Santiago Yubero. Geraldo apuesta por una línea continuista y por mantener los estándares de calidad de una facultad que tiene una amplia demanda en los dos grados que imparte y resalta la importancia de ambos estudios en un mundo en constante transformación social y cultural.

– ¿Qué estudios se imparten en su facultad?

Son dos grados, el de Educación Social y el de Humanidades de Historia Cultural. Además, tenemos un Máster en Producción Cultural y otro de Antropología Aplicada recientemente adscrito a la facultad.

– Yo soy del plan antiguo y siempre he asociado los estudios de educación con Magisterio. ¿En qué consisten los estudios de Ciencias de la Educación y qué diferencia hay con los de Magisterio?

Hay otros estudios de Ciencias de la Educación, pero en nuestro caso impartimos Educación Social. A nuestros estudiantes siempre les decimos que cuando hablen con gente de Magisterio intenten defender que ellos son los que realmente entienden más de educación, para que se separe a los maestros, que saben del sistema educativo formal, de los educadores sociales, que son un poco como los médicos de cabecera de las ciencias de la educación, tienen una visión un poco más general y en los tiempos que corren tienen cada vez más peso en la sociedad.

– ¿Qué materias se les imparten a los alumnos que estudian este grado?

La gente también suele confundirlo con Trabajo Social y ahí radica una de las principales diferencias, ya no sólo en cuanto a la especificidad de la educación con respecto a los maestros sino con respecto también a los trabajadores sociales, que es el compromiso educativo. En el grado de Educación Social se imparten una serie de asignaturas relacionadas con la pedagogía, los dos departamentos principales en los que tenemos asignaturas son pedagogía y psicología. Además, el grado de Educación Social aquí tiene algo muy positivo, y es que proviene de la antigua licenciatura en Psicopedagogía, por lo que tienen una gran carga en ambas materias, lo que a nuestros estudiantes les suele gustar bastante.

– ¿Dónde trabajan los educadores sociales?

Los educadores pueden y deben trabajar codo con codo con los trabajadores sociales en equipos interdisciplinares, pueden y deben trabajar con maestros y profesores, aunque a veces no están tanto como a nosotros nos gustaría. Desde el Colegio de la Educación Social, con el que trabajamos muy estrechamente, se encargan de defender que la figura del educador social debería estar no sólo cuando hay problemas irresolubles sino también cuando hay que prevenirlos. Aparte de eso también hay otros ámbitos que se pueden relacionar con la educación social especializada, con la educación permanente de adultos, con la formación laboral o la animación sociocultural, donde los educadores sociales no sólo trabajan con colectivos vulnerabilizados sino que también lo pueden hacer con la población en general. De hecho, la educación social es una de esas profesiones que, aunque no lo parezca, está prácticamente en todo lo que tenga que ver con la transformación del cambio, que en el fondo es la esencia de la educación.

“La figura del educador social debería estar no sólo cuando hay problemas irresolubles sino también cuando hay que prevenirlos”

– ¿Tiene un índice de empleabilidad alto esta carrera?

Sí, suele tener un índice de empleabilidad bastante alto. El problema muchas veces es no la carrera en sí, sino la actitud que tengan los propios egresados cuando realizan la búsqueda, sobre todo en estos tiempos de redes en los que parece que sólo basta con abrir un perfil en LinkedIn y te van a llover las ofertas de trabajo. Trabajo en educación social desgraciadamente hay mucho, y digo desgraciadamente porque cuanto más separada y disgregada esté la sociedad más necesaria es la figura del educador social. Yo siempre les recomiendo también que se asocien al Colegio de la Educación Social, que semana tras semana les están haciendo llegar ofertas de empleo tanto aquí como en otros lugares de España, porque otra cosa es que se pretenda que te llegue la oferta de trabajo ideal a la puerta de tu casa, en tu pueblo y a las primeras de cambio, eso ni en educación social ni en ninguna carrera.

– Tengo entendido que hay mucha demanda de estos estudios, que se llevan impartiendo en Cuenca desde 2010. 

Sí, mucha. De hecho, ese año 2010 tuvimos problemas de exceso de alumnado y tuvimos que contratar profesores de manera extraordinaria para impartir dos líneas distintas, tuvimos más de 100 alumnos en aquel momento. Desde entonces hemos reducido la matrícula y todos los años copamos los 60 alumnos, que son las plazas de las que disponemos para este grado. La verdad es que llevamos desde el inicio con una muy buena ratio de estudiantes. 

– ¿Hay algún perfil concreto de estudiantes de esta carrera?

Mayoritariamente son mujeres, hay un porcentaje superior de mujeres respecto al de hombres. Pero más allá del género lo que sí que se nota es que es un estudiantado con un perfil comprometido con el cambio, que lo que pretende es que las cosas vayan a mejor no sólo para ellos sino también para los demás. Eso es algo muy bueno, porque tienes personas que no sólo han venido a mejorarse académicamente, sino que han venido a formarse para ayudar a los demás y es muy fácil trabajar con ese perfil de personas.

– O sea, que todavía hay gente que quiere cambiar el mundo.

Sí, aunque nosotros intentamos ponerles los pies en el suelo para que se den cuenta de que más que cambiar el mundo lo que tiene que hacer es cambiar muchos mundos. Allá donde lleguen las puntas de sus dedos lo que tienen que hacer es transformar el rincón del mundo que nos ha tocado vivir y adecentando un poco cada uno nuestra parte podemos hacer que vivamos un poco mejor.

– Hablemos ahora de las Humanidades, el otro grado que imparten aquí. Yo soy un enamorado de las Humanidades y he visto que durante un tiempo han tenido un proceso de regresión, pero parece que, afortunadamente, están teniendo ahora un repunte. ¿Es así?

En efecto, la demanda este año ha sido buena, bastante mejor de lo que nosotros podíamos esperar con el avance de otras tecnologías, como por ejemplo la inteligencia artificial, que parece que están arrinconando a las Humanidades. Pero estamos viendo un repunte precisamente por un efecto de acción-reacción ante estas tecnologías, es decir, las Humanidades, y en especial el grado que tenemos, que es el de Historia Cultural, nos pueden ayudar a entender qué es lo que realmente nos hace ser seres humanos. Si hay cosas que hace la máquina mejor que nosotros que las haga, pero nosotros creemos firmemente que hay cosas que nos identifican como personas y que deberíamos apuntalar, y eso hace referencia a esa vuelta a los clásicos que estamos detectando.

“Las Humanidades, y en especial el grado que tenemos, que es el de Historia Cultural, nos pueden ayudar a entender qué es lo que realmente nos hace ser seres humanos”

– ¿Más allá de las materias que se imparten, los estudios de Humanidades tienen que buscar la formación integral de los alumnos?

Sí, en el fondo se trata de aportar esa formación humanística que todos necesitamos como personas. Lo que intentamos es no centrarnos tanto en el perfil profesional sino en el personal de los alumnos que llegan a nosotros y que lo que requieren es ver hasta dónde pueden llevar el máximo de sus posibilidades.

– En estos estudios hay dos menciones, una de estudios de Letras y otra de estudios Turísticos. ¿Cómo se especializan los estudiantes de Humanidades cuando llega el momento?

Al final las especializaciones hacen referencia a los criterios de optatividad que ellos quieran elegir. Estamos en un periodo de transición, estamos elaborando un seminario de trabajo en el que vamos a abordar cuál es el presente y el futuro de las Humanidades en España. Vamos a contar con profesionales de otras universidades que han transformado este grado para que nos ayuden a ver cómo, no estando contra esas tecnologías de las que hablaba antes, sino incluso adaptándolas a nuestros grados, podemos ir modificando nuestra propia titulación. Sería un poco naif pensar que las Humanidades simplemente tienen que recoger lo que ya han sembrado. Nosotros también tenemos que adaptarnos a los tiempos que vienen, aceptar que las cosas están cambiando e intentado ver qué es lo que dentro de las Humanidades nos pueden hacer mejores profesionales y mejores personas. 

– ¿Qué es lo que buscan los alumnos que estudian Humanidades? ¿Es algo muy vocacional? ¿Sigue habiendo alumnos muy militantes de las Letras?

Sí, hay alumnos así, claramente, pero es un perfil bastante ecléctico, porque también tenemos alumnos que han terminado otras carreras y se dan cuenta de que les hace falta para completar sus estudios anteriores lo que denominamos un fondo de armario cultural que les haga ver las cosas con más perspectiva. También tenemos una parte del alumnado de mayor edad, que por determinadas circunstancias no pudo estudiar y que lo que precisa es una educación generalista que le aporte un punto de vista sobre el que construir un pensamiento crítico y también tiene mucho tirón la Historia, la Arqueología o la Filosofía.

– ¿Hay estudiantes de Humanidades con una cierta edad que cursan los estudios simplemente por el placer de formarse, sin más objetivos?

Sí, los hay, desde luego. Y también porque ven que la vida les va a llevar por unos derroteros profesionales que requieren esa formación.

– La mayoría de la gente tiene asociada esta carrera con la docencia, pero me imagino que habrá también otras salidas profesionales.

Por supuesto, y más en una ciudad como es Cuenca, ciudad cultural y turística, con opciones que tienen que ver con la museística o con los yacimientos que tenemos, que son excelentes.

José Luis González Geraldo, decano de la Facultad de Ciencias de la Educación y Humanidades de Cuenca. Fotos: Esteban de Dios

– ¿Qué estudios de posgrado ofrece la facultad?

Ahora mismo estamos ofertando el Máster en Producción Cultural y recientemente hemos adscrito el Máster en Antropología Aplicada, que están relacionados tanto con Humanidades como con Educación Social y ya tenemos varios egresados que han cursado estos másteres.

– Cada vez se establecen más sinergias entre universidades tanto españolas como extranjeras. ¿Qué opciones tienen sus estudiantes en este sentido?

Los convenios son globales. Por ejemplo, en Educación Social tenemos muchos alumnos que al final acaban yendo a países latinoamericanos, y desde el punto de vista de las Humanidades sobre todo los relacionados con esos aspectos de historia cultural, de yacimientos arqueológicos, etc…

– Quería preguntarle por el CEPLI, que es un centro de referencia, con un gran prestigio y que forma parte de esta facultad. Cuéntenos qué actividades desarrolla y cómo trabaja.

El Centro de formación de la lectura infantil y juvenil (CEPLI) tiene una actividad constante. Por ejemplo, el próximo día 1 viene Paco Roca junto con Laura Pérez y van a hacer una charla de temática social donde la literatura entronca con la necesidad de ver la realidad para transformar y esto, por ejemplo, tiene mucho tirón en los estudiantes de Educación Social. 

– ¿Hay posibilidades de que en esta facultad se impartan más titulaciones de las que hay ahora mismo?

No sólo hay posibilidades sino que hay necesidad. Vemos que hay necesidad de una oferta que complete la que ya tenemos, no sólo adaptando los propios grados a la nueva normativa sino también viendo la posibilidad, por ejemplo, de que los estudios de Educación Social tengan un máster de intervención, porque una de las cosas que los alumnos de esos estudios demandan desde el primer curso son más prácticas. A partir de ahí intentaremos ver cómo podemos articular un máster dirigido a intervención en educación social para aprovechar el laboratorio de psicología de educación.

– ¿Y algún otro grado? ¿O eso son palabras mayores?

Los grados ya no dependen tanto de la facultad sino de la política de la propia Universidad y la aportación de pueda hacer o no la Junta de Comunidades. De momento, adaptando los que tenemos y ampliando la oferta de posgrado creemos que podemos seguir adelante.

– Para finalizar. ¿Por qué deben venir a estudiar a esta facultad los alumnos que quiera estudiar los grados que ustedes ofrecen?

Esto es como los padres, que sus hijos son los más guapos. Para los decanos sus grados son los mejores, pero sí que es cierto que quien venga aquí a los grados y posgrados que ofrecemos lo que se van a encontrar es una universidad y una facultad cercana, donde cuando llamen a la puerta los profesores les van a atender de una manera personal como quizá en otras universidades grandes no pueden hacer. Una facultad pequeña como la nuestra, con los profesionales igual de capacitados que los de cualquier otra facultad, les va a ofrecer la misma calidad que en otro sitio pero con un trato cercano que les ayudará a ser los mejores profesionales.