El Seminario Menor interno desaparece de la Diócesis de Cuenca tras 76 años de historia

Se mantiene el Seminario Menor en familia que iniciará en septiembre su segunda promoción

El Seminario Menor de Cuenca por primera vez dejará de ofrecer el régimen interno el próximo curso. Después de 76 años, desde que arrancó en Uclés la primera promoción, y trece desde que se trasladó a la capital, la Diócesis de Cuenca prescinde de esta modalidad para ofrecer, tan solo, el Seminario Menor en familia, que acaba de cumplir su primer año, con dos chicos cursándola.

“Desde hace años la tendencia en el Seminario Menor es a la baja”, señala el rector del Seminario Menor, José Antonio Fernández, que argumenta la inviabilidad de mantener a tan pocos internos. “Este año hemos tenido tan solo a dos chicos, uno de ellos promociona al Mayor y el otro ha decidido optar por otra vía”, explica.

El Seminario en familia ha sido una nueva modalidad de ser seminarista menor en la diócesis conquense, donde los seminaristas viven en casa con su familia y asisten un fin de semana al mes, conviviendo con los seminaristas menores internos y reciben la misma formación que éstos. De cara a septiembre calculan que comenzarán unos cinco chicos, aunque todavía está pendiente de confirmar. “Está funcionando muy bien y los resultados de este primer curso han sido positivos”.

El motivo del descenso de seminaristas menores para Fernández es consecuencia de diferentes factores endémicos de las formas de vida de la sociedad actual. “En general cualquier régimen interno ha descendido, como también lo ha hecho la media de hijos por familia y, por lo tanto, los padres quieren tener a sus chicos en casa, además, tiene muchas actividades y permanecer en modo interno les merma esas posibilidades”, argumenta el rector.

Sin embargo, frente a esta caída de vocación de la fe entre los jóvenes sí que se ha experimentado un repunte de internos en el Seminario Mayor, donde de cara al próximo curso esperan acoger unos veintiún seminaristas -catorce de Cuenca y siete de Albacete-. “El fenómeno vocacional se da a una edad más adulta, una vez finalizados los estudios universitarios, cuando madura la fe”, opina el rector. No obstante, la Diócesis de Cuenca mantiene unos números “aceptables” de seminaristas, “pues el ambiente de es muy bueno, y al acoger a los procedentes de Albacete el número ha crecido”, aunque nunca es suficiente, bromea Fernández que lanza un símil con el sector agrario. “Somos como los agricultores, siempre nos gustaría que la cosecha fuera mejor”.