La Catedral de Cuenca vuelve a custodiar el Pendón de Alfonso VIII, como sucede todo el año salvo la noche del 20 al 21 de septiembre que pasa la noche en el Ayuntamiento conquense. Tal y como marca la normativa, es el concejal más joven el que se encarga tanto del traslado al Consistorio, como de su devolución a la jornada siguiente al templo. Así lo hizo ayer sábado Héctor Serrano, pero este domingo no ha podido asistir, y ha tomado el testigo la segunda más joven de la Corporación, la concejala popular Soledad Blanco.
Antes de que comenzase esa procesión del traslado, la plaza Mayor comenzaba a llenarse de peñas, conquenses e, incluso, turistas que llegaban a Cuenca y se encontraban con esta característica estampa que rememora ese hito histórico. No dudaban en pedir fotografías con los implicados en el acto, y disfrutar de los mismos.
Las previsiones climatológicas no se han complicado, y el buen tiempo ha hecho de telón de fondo en un día gran de Cuenca, en el que todos los locales se han volcado en esta significativa e histórica jornada.
Una vez en el interior de la Catedral, Blanco ha procedido a la devolución del Pendón. Ni un ápice cabía en el templo, donde se ha asistido a la lectura del hecho histórico por parte del cronista oficial de Cuenca, Miguel Romero, y a la celebración de la eucaristía posterior.
A su finalización, la comitiva se ha dirigido hacia el monumento de Alfonso VIII, donde el alcalde Darío Dolz y el presidente de las Peñas Mateas, Conrado Martínez han procedido a la ofrenda floral.