El profesor de la Facultad de Comunicación de Cuenca Luis López Carrasco gana el Premio Herralde de Novela

Carrasco recibirá 25.000 euros en concepto de anticipo por derechos de autor por su novela 'El desierto Blanco', y saldrá a la venta el próximo 22 de noviembre

Luis López Carrasco, profesor de la UCLM en Cuenca, ha ganado el 41º Premio Herralde de Novela por su libro ‘El desierto blanco’. Estos galardones están organizados por la Editorial Anagrama.

La novela trata sobre nueve desconocidos que huyen en globo de unos bombardeos. Deben decidir quién de ellos se tiene que tirar al mar para que el resto pueda llegar sano y salvo a una isla desierta y comenzar una nueva civilización. Aunque la trama se irá desarrollando para ver que no es exactamente eso lo que buscan.

‘El desierto blanco’ ha sido elegido por delante de ‘No hay nadie’, la novela finalista escrita por Camila Fabbri. Ambos manuscritos se presentaron bajo seudónimo: F. Román en el caso de Carrasco y Sarah Conorr en el de Fabbri. Ambos libros saldrán a la venta el próximo 22 de noviembre.

A esta edición de los galardones convocados por Anagrama se presentaron 1.566 ejemplares. El premio está dotado con un una asignación de 25.000 euros en concepto de anticipo por los derechos de autoría.

Carrasco, que ya ganó dos Premios Goya de la Academia de Cine a mejor documental y a mejor montaje por su largometraje ‘El año del descubrimiento’ en 2020 (entre otros muchos premios a lo largo de su carrera), sólo ha reaccionado con un sencillo «Imaginaos cómo estoy» en sus redes sociales. Actualmente es profesor ayudante en la Facultad de Comunicación de Cuenca.

En cuanto al jurado de los premios, han destacado lo siguiente sobre su novela:

«Situaciones extremas, enigmas sin resolver. Luis López Carrasco no da tregua, hipnotiza y arrastra» (Ana Cañellas).

«A través de las magníficas piezas, perfectamente engranadas, que integran El desierto blanco, discurre una historia que es la de nuestras vidas: el trabajo moderno, el turismo organizado, la amistad y sus rituales, el relato familiar, la memoria como dolor y como consuelo. Audaz, comprometido, también tristísimo, con un talento excepcional para la escena y para el detalle, Luis López Carrasco ha compuesto un artefacto de alta precisión que remueve nuestras seguridades» (Gonzalo Pontón Gijón).

«Con inteligente conciencia narrativa, sentido del humor y unas imágenes de una potencia inusitada, López Carrasco cartografía la urbanización como isla desierta y la poesía como terreno urbanizable: la melancolía es una necesidad no satisfecha, la tristeza en la literatura tiene un toque burgués, y el cuerpo y sus afectos siempre están desnudos en el capitalismo. Una rareza que, de verdad, deslumbra» (Marta Sanz).

«Todas las novelas futuristas describen nuestros miedos presentes, pero muchas lo hacen con pesimismo, pregonando la catástrofe inminente y asumiendo la derrota de antemano. El desierto blanco imagina un futuro muy cercano en el que, sin nostalgia, aunque sí en un hermoso tono melancólico, no nos hemos olvidado de quiénes fuimos y quiénes somos, de la amistad y la familia, del amor y la ternura, de la rabia y la rebeldía, del juego y la fantasía, de la creación y la memoria, de todo aquello que podría salvarnos del Apocalipsis. Luis López Carrasco ha escrito una novela audaz formalmente, divertida, entrañable, ingeniosa, estimulante, como nuestro sueño infantil de viajar a la luna» (Juan Pablo Villalobos).