El pintor conquense José María Albareda presenta sus “Identidades” en la FAP

La muestra expone "el rostro de su faceta más intensa" a través de 42 retratos hechos al óleo sobre lienzo y tabla imprimada.

La Fundación Antonio Pérez acoge, desde este viernes y hasta el próximo 29 de septiembre, las obras del pintor y profesor nacido en San Clemente José María Albareda, en varias salas temporales del Centro de Arte Contemporáneo de Cuenca.

En el acto de inauguración han acompañado al pintor, la vicepresidenta de la Fundación Antonio Pérez y diputada provincial de Cultura, María Ángeles Martínez, la conservadora Jefe de la FAP, Mónica Muñoz, el profesor y crítico de arte, Jorge Monedero, así como amigos, familiares, y mucho público asistente.

La diputada de Cultura ha destacado que José María Albareda “refleja la mirada como nadie lo hace en esta ciudad, cada obra de este pintor nos cuenta una historia y nos da una idea de la maestría que tiene a la hora de retratar identidades”.

Bajo este título “Identidades”, José María muestra una antología de lo que él llama “el rostro en su faceta más intensa” a través de 42 retratos, hechos al óleo sobre lienzo y tabla imprimada, realizados en varios formatos durante, en gran parte, los dos últimos años, época en la que ya jubilado, ha podido dedicarse enteramente a pintar.

Su estilo se encuentra entre el arte figurativo al límite con la abstracción, su pintura al óleo le permite que “la materia hable” y su inspiración la encuentra en las miradas de la gente. Detrás cada mirada hay una historia que es lo que a él le gusta trasmitir en sus impresionantes retratos.

Retratos que aparecen ordenados por series no cerradas, por tamaño (gran, mediano y pequeño formato) o por temáticas. Series como la “Mirada del olvido” en la que los rostros muestran desconcierto o la dureza de la enfermedad del Alzheimer; personajes anónimos y conocidos de Cuenca como Antonio Pérez; retratos de sus alumnos y de sus familiares; de pintores conquenses como Miguel Ángel Moset, pintores universales como Goya, Rembrandt, Bacon; o mujeres artistas como Hilma af Klint (pionera en el arte abstracto), Camille Claudel, Sonia Delaunay o la alemana Käthe Kollwitz.

José María Albareda

Natural de la localidad de San Clemente, José María encontró muy pronto su atracción por la pintura. Siendo un niño “me quedaba embobado viendo cómo pintaba la hermana mayor de mi mejor amigo”. Mientras los demás jugaban, él prefería ver mezclar los colores. Una atracción que creció en el instituto de su pueblo con la ayuda de un profesor, Francisco Sevillano, quién le enseñó el mundo de la acuarela y lo encaminó hacia los estudios de arte. Estudios que empezó en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando en Madrid y más tarde en la Facultad de Bellas Artes de San Carlos en Valencia. En Madrid combinó su horas lectivas con sus visitas diarias al Museo del Prado, para él “su segunda casa”, y en Valencia compagina su formación con el conocimiento de los pintores valencianos, la luz y el mar. Terminada la carrera y ya como profesor de dibujo trabajó en institutos de varias ciudades, Madrid, Sama de Langreo (Asturias) y finalmente Cuenca.

Desde que recibiera, en 1984, el Molino de Plata en la Exposición Nacional de Artes Plásticas de Valdepeñas, son múltiples los reconocimientos, así como las exposiciones, tanto individuales como colectivas, en las que ha participado.

José María ingresó en la Real Academia de las Artes y Letras de Cuenca en 2015, ocupando el sillón de la letra “X”, con su discurso “Manchas distantes. La pintura como acontecimiento”. En 2024 recibió el encargo para realizar el cartel de la Semana Santa conquense. Además de retratos, pinta también paisajes materícos que tienen siempre un componente de “horizonte” como los paisajes de la llanura manchega.