El corazón gastronómico de la Feria de San Julián late con acento conquense este año. Tras dos ediciones del festival de food trucks ubicado en el Bosque de Acero en manos de una empresa privada, la Agrupación de Hostelería y Turismo de Cuenca, integrada en CEOE-Cepyme, ha decidido rescatar y gestionar directamente este espacio bajo el nombre `Urban Food San Julián´, que tendrá lugar del 21 de agosto al 1 de septiembre desde las 22:00 horas a cierre, para mostrar su apoyo a los empresarios conquenses que iniciaron este proyecto y, al mismo tiempo evitar que no se perdiera una de las propuestas con más tirón de los últimos años.
El secretario provincial de la Agrupación, Diego López Carro, ha reconocido en una entrevista a Voces de Cuenca que le parecía «una pena» que se perdiera «un proyecto tan bueno». El responsable de Hostelería y Turismo ha referido que la organización anterior fue «magnífica» y que en la decisión final de tomar las riendas del proyecto tuvo una parte importante «saber lo complicado que resulta para una empresa de restauración levantar un evento de estas características». De este modo CEOE se lanzó no solo a continuar el legado del proyecto, sino a darle un sello con nombre propio, el de la promoción de la hostelería local.
De este modo y por primera vez desde que se creara el evento, el cartel completo lo conforman restaurantes conquenses que se han atrevido a reinventarse en versión street food. A través de esta propuesta, López Carro ha apostado por un nuevo nicho, lejos de los eventos más clásicos que suele tutelar CEOE, para animar a los hosteleros a mostrar una faceta diferente, más desenfadada, pero sin perder el sello inconfundible de calidad.
Aunque la marca Cuenca está más presente que nunca, las propuestas de la lista de participantes dan buena cuenta de diversidad: Essentia-Baloo llega desde Tarancón con sus torreznos y croquetas, mientras que Vibra repite con sus reconocidas burgers. Por su parte, El Chiringuito de la Playa montará espetos en una barca de hierro y una propuesta centrada en el marisco y Kadón se reinventa en clave asiática con una propuesta exclusiva llamada Kadón Tokio, que apuesta por la cocina japonesa. Taco Chingón apuesta por los sabores mexicanos y Bravo Bravas reinventa el modo de comer el aperitivo por excelencia de las ferias: las patatas con salsas y da el toque dulce con tartas de queso de diferentes tipos. En último lugar, Manda Huevos propone una vuelta creativa a los clásicos revueltos de huevos rotos con patatas.
El recinto, vallado y con mesas para facilitar una cena tranquila, repetirá la fórmula ya conocida: las food trucks servirán la comida y habrá una barra independiente para las bebidas. En cuanto al ambiente, se continúa optando por un hilo musical en lugar de conciertos en directo, que se concentrarán en la Carpa Joven, para «no solapar actividades y ofrecer distintos espacios para cubrir todas las edades y gustos», afirma López Carro.
La inversión por parte de CEOE ronda los 30.000 euros, que se financiarán con las aportaciones de los hosteleros y con el respaldo de la propia agrupación. Los precios, asegura López Carro, serán «populares» para lo que se encuentra en una feria, pues el responsable de Hostelería en CEOE ha recordado los costes extra que supone generar una infraestructura al organizar actividades fuera de los locales. Sin embargo, en palabras de Diego López, la «tónica general» entre las food trucks es mantener los precios que tienen en sus establecimientos.
En cuanto a los métodos de pago, López afirma que se ha seguido la línea de los festivales actuales. De este modo, se podrán realizar tanto pagos con tarjeta como en efectivo a través de un sistema de recarga en el que los clientes podrán introducir el dinero en metálico en una máquina y se les cargará en unas tarjetas para uso exclusivo en la zona gastronómica.
Más allá de la logística, la Agrupación subraya la importancia de que la feria conquense se conciba como algo más que entretenimiento. En este sentido, López destaca como en otras ciudades «se aprovecha al máximo su potencial económico y turístico». El responsable de hostelería de CEOE apunta que Cuenca debe seguir este ejemplo y en este sentido destaca que CEOE está aportando su «granito de arena» para que la feria «crezca y se consolide como un motor económico para la ciudad».
Con la previsión de buen tiempo –un factor clave, como recuerda López Carro, tras un 2024 marcado por la lluvia– y un cartel gastronómico variado, la organización confía en que este espacio se convierta de nuevo en uno de los grandes atractivos de la feria. Y lanza un guiño al sector para que más hosteleros conquenses se animen en próximas ediciones. López concluye afirmando que «es un esfuerzo, pero la visibilidad que da merece la pena».