Concierto memorable y conmovedor en la girola de la Catedral de Cuenca

Este jueve comenzaba el programa conciertístico del festival de música medieval Mirabilia 2025

Con la puntualidad suiza a la que nos tiene acostumbrados la Catedral de Cuenca, a las 21:00 h. (hora Iphone), comenzaba anoche el concierto inaugural de Mirabilia 2025, bajo la maravillosa arquitectura gótica de la girola de la Catedral conquense. Impacientes y con una temperatura ideal de 24 grados en el interior, asistimos a un concierto único. Fue el diseñado para esta ocasión por el afamado grupo de cantores de Notre Dame de París y la organettista Cristina Alís Raurich. One Day in Reading Abbey. Música en una abadía inglesa en el siglo XIII. Asistíamos a la primera representación, por tanto, estreno absoluto, de un grandioso programa musical y escénico.

Muy pronto, con la ayuda de la narración de los intérpretes, descubrimos que estaba diseñado, a modo de paseo, al que éramos invitados, por la Abadía de Reading, fundada en el año 1121 por el rey Enrique I, hijo de Guillermo el Conquistador. Uno de los monasterios más grandes de toda Europa, en su época, cuya iglesia fue consagrada a la Virgen María por el propio Santo Tomás Becket.

Comenzamos en la iglesia abacial. Justo en el altar del transparente, donde reposan los restos de San Julián, (1198-1208) contemporáneo a esta historia musical y estética. Allí escuchamos cantos de manuscritos ingleses del siglo XIII, como Felix Locus, Salve Virgo Virginum, el maravilloso conductus anglonormando Duce creature, acompañados por Cristina Alís Raurich, con su organeto ‘Pitágoras’, un órgano portativo que curiosamente va colgado y le permite moverse, copia única en el mundo de un instrumento del siglo XIII construido por el italiano Walter Chinaglia tras largas investigaciones musicológicas y organológicas de ambos. El primer momento sublime llegaría muy pronto con una improvisación a 2 y 3 voces del breviario de Penwortham, 1300-1319, Thomas manum y el momento feliz y delicioso de un baile rondelus, Processit in capite, contenido en un manuscrito dedicado a la vida de Samto Tomás Becket.

Pasábamos después al imaginario refectorio de la abadía. Hora del almuerzo. El monje lector nos contó la vida de Santo Tomás Becket:  Desde muy joven fue adornado con las luces del saber y fue ascendiendo en importantes cargos del reino. Amigo del rey Enrique II, fue elevado a la dignidad de canciller, sirviendo con lealtad a la corona. En 1162, Tomás fue ungido arzobispo de Canterbury y comenzó a defender con ardor los derechos de la Santa Iglesia frente a los abusos del poder real. El 29 de diciembre del año 1170, en la catedral de Canterbury, recibió la corona del martirio, golpeado por cuatro espadas sacrílegas. Muy pronto el culto a este santo se extendió a Castilla, traído por la reina Leonor de Plantagenet, esposa de Alfonso VIII, y con su culto, maravillosos cantos medievales que pudimos escuchar como el inicial In rama sonat interpretado magistralmente a dos por Vincent Pislar y Cristina Alís Raurich al organetto, un momento tan lánguido, sobrecogedor y tristísimo, que solo escuchamos un silencio conmovedor en el templo.

A continuación, se nos invitaba a pasar al calefactorio, cerca de la chimenea de la abadía, uno de los intérpretes encendió un fuego real, que nos confortó a todos. Es el poder de las llamas que nunca dejamos de mirar ensimismados, y vivimos un intenso momento de alegría espiritual, todos en torno al fuego, como los monjes en la abadía, mientras ellos cantaban Edi beo thu, preciosa canción inglesa a 2 voces en honor de la Virgen de un manuscrito de Gales de final del siglo XIII. Nos sorprendía Erwan Picquet silbando la melodía en un tono altísimo como si los pájaros se uniesen a este canto desde sus ramas. Será de los momentos más deliciosos del concierto que siempre recordaremos sonriendo. Apareció aquí también el laúd de Cristian Ploix que junto con el organetto y las voces nos ofrecieron instantes místicos.

Teníamos ganas de llegar a la biblioteca del monasterio. Una vez apagado el fuego lo hicimos de la mano de nuestros artistas, donde descubrimos el maravilloso códice que atesoraba y nos fue presentado, es el que hoy llamamos Manuscrito Harley 978. De él pudimos escuchar una fábula anglonormanda Las palomas que querían un rey. Para llegar después a un estreno absoluto mundial, dentro de este ya estreno, como fue el Alleluia ‘Vidimus stellam’, canto tropado a 3 voces, recientísimamente descubierto de la abadía de Reading, y que sonaba por primera vez desde su descubrimiento, ante nosotros, como un auténtico privilegio tras tantos siglos escondido y silente. Terminaba al concierto con otra fuerte sorpresa, la canción inglesa polifónica a canon más antigua conocida, compuesta por Wycombe, monje de Reading, Sumer is icumen, explosión de alegría que nos inundó y puso un broche de oro a este paseo musical, escénico, estético, sensorial y realmente conmovedor.

Nunca habíamos asistido en la Catedral a un concierto con un enfoque tan inmersivo y narrativo, nunca habíamos formado parte de una historia, sintiéndonos también nosotros monjes de esta abadía benedictina, y viviendo momentos tan ricos y significativos con los ojos y oídos tan abiertos. Hoy, tristemente, esta abadía se encuentra en ruinas, pero Rue de Chantres y Cristina Alís Raurich, por un instante, le devolvieron la vida y el esplendor, y nosotros, privilegiados espectadores, pudimos gozarlo por un instante.

Formación Rue des Chantres en este concierto:

  • Erwan Picquet, canto
  • Christian Ploix, canto
  • Vincent Pislar, canto
  • Cristina Alís Raurich, organetto

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Próximo Concierto:

Concierto 2

10 agosto, 21:00 horas

Catedral de Cuenca, Girola

Nexus Winchester

A Putsch in the Cathedral around 1000

(Un golpe de estado en la catedral alrededor del año 1000)

Ensemble Dialogos

Katarina Livljanić, voz y dirección

Clara Coutouly, voz

Albrecht Maurer, violas

Norbert Rodenkirchen, flautas