«A los alumnos cada vez les cuesta más mantener la atención, lo vemos de un curso para otro»

Los docentes enfrentan la sobreestimulación de los menores centrándose en trabajar las emociones de los más pequeños

La vuelta a las aulas trae consigo nuevos desafíos para los docentes, una situación que cambia año tras año y que es especialmente significativa en lo que a mantener la atención de los más pequeños se refiere. Así lo afirman la profesora de 2º de Educación Primaria, Sonia Fernández y la docente de lengua extranjera Cristina Mantecón, que empiezan este 8 de septiembre las clases con una nueva tanda de alumnos en el CEIP San Fernando de Cuenca.

Ambas docentes señalan que este cambio ha sido especialmente significativo en los últimos cinco años. Mantener la atención de los niños es una de las cuestiones que más preocupa a los profesores y una de las más costosas desde el inicio del curso. Mantecón y Fernández afirman que este primer día es más llevadero porque «los niños vienen con ilusión», pero que a medida que pasan los días y la rutina se convierte en el pulso diario de los más pequeños se va viendo como «los niños son más inquietos y demandan más atención», señala Cristina Mantecón, quien se encuentra apoyando a su compañera en este ciclo que hasta el año pasado impartía ella misma.

En este sentido Fernández apunta a «la inmediatez de los mensajes y estímulos que reciben fuera del aula» como las razones principales por las que a los escolares les cuesta mantener la concentración durante las horas lectivas a pesar de su corta edad. La profesora de segundo ciclo de Educación Primara señala que precisamente a tenor de esta situación, los docentes se han visto obligados a adaptar su metodología en el último lustro. Ejemplo de ello, el primer día de colegio, que se dedica expresamente a que los alumnos se ubiquen, conozcan a sus nuevos profesores y compartan experiencias del verano, creando así un ambiente positivo que facilite la motivación y el aprendizaje desde el inicio.

Para paliar la falta de concentración y la necesidad especial de atención, los docentes apuestan por trabajar en profundidad las emociones de los más pequeños. Por su parte, Sonia Fernández señala que trata de centrarse mucho en las inquietudes y problemas de sus alumnos, algo a lo que Mantecón añade entre risas que las docentes acaban ejerciendo «un poco de psicóloga, madre, además de profesora».

La experiencia de estas docentes refleja un cambio generacional en las aulas: los niños de hoy presentan más dependencia, requieren estrategias más personalizadas y demandan una atención constante que les permita mantener la atención y realizar un aprendizaje positivo, lo que representa un desafío creciente para la enseñanza tradicional.