Cada día que pasa parece más irremediable que los trabajadores de limpieza y recogida de basuras de Cuenca vayan a ir a la huelga a partir del próximo 7 de abril. «No nos queda otra», afirma Félix Javier Peñaranda, presidente del Comité de Empresa por parte de los trabajadores viarios que son mayoría -80 encargados de la limpieza viaria, y 20 al servicio de recogida de basuras-.
Las posturas entre la empresa Fomento de Construcciones y Contratas S.A. y los trabajadores son «muy distantes», a pesar de que desde la parte obrera están dispuestos a «sentarnos con quien haga falta, las veces que haga falta y a desconvocar la huelga, pero no tenemos otra solución, o es ahora o es nunca», explican.
Desde la empresa les ofrecen una subida del 2,5% en base a salarios de unos 800 euros, por lo que no se llegaría al SMI. Los trabajadores solicitan una subida de entre el 4% y el 4,5% después de que lleven con el mismo convenio y sin ninguna subida salarial desde 2018: «Lo que estamos ganando es una miseria, no llegamos al Salario Mínimo Interprofesional, así que los compañeros no están dispuestos a rebajarse muchísimo más. Nos quieren hacer sentir culpable, pero no somos los culpables de tener estos salarios», explica.
Sobre la posibilidad real de convocar una huelga en plena Semana Santa, Félix admite que no les queda otra: «Nos va a costar parar a nuestro pesar, porque somos de Cuenca, nos gusta la Semana Santa, pero no nos va a quedar otro remedio». De esta manera, los trabajados piden la intervención del Ayuntamiento como parte contratante, a pesar de que el alcalde, Darío Dolz, afirmó que «el Ayuntamiento aquí no tiene nada que ver».
«Espero que Darío, como alcalde, y Adrián, como conejal, se impliquen en el caso dentro de sus posibilidades, que yo creo que son bastantes. Yo confío en ellos», confía el presidente del comité de trabajadores.
También acusan estos trabajadores que se les está queriendo cargar con la responsabilidad de la situación y que les «quieren hacer sentir culpable». El propio Félix admite a Voces de Cuenca que él siente la Semana Santa, al igual que su familia, que para eso viven en la ciudad, «no como los que vienen de Madrid chantajeándonos con la Semana Santa sin ellos saber lo que es».