El barrio de Casablanca conserva su esencia casi desde que lo vio nacer. Vecinos que salen se saludan y se preguntan cómo les va. Negocios tradicionales que mantienen ese arraigo familiar con los que residen a su alrededor. Y, entre todo ello, se divisan de forma muy discreta nuevas caras. “Tenemos tres o cuatro pisos turísticos por el barrio, pero no hacen ruido, los vecinos de momento no se han quejado”, comenta la presidenta de la asociación de vecinos del barrio, Mari Carmen Checa López.
Como en el barrio de Casablanca, los barrios de la capital conquense comienzan a configurar en páginas como Booking y Airbnb un mapa en el que se cuelan alojamientos vacacionales en zonas residenciales. Un par por el Centro Comercial El Mirador, otros por la rotonda de Los Alfares o, incluso, en Las Quinientas. Aunque, la mayoría se ubican en las proximidades de la zona turística. “Carretería, Colón o Princesa Zaida concentran gran parte del grueso”, explica Adrián Culebras, encargado de la empresa ‘Cuenca Loft’, por la que están apostando gran parte de los propietarios para la gestión turística de sus alojamientos.
“De las 114 propiedades que gestionamos en Cuenca capital, tan solo 36 se ubican en el Casco”. Es decir, casi el 68% se sitúan en la zona moderna. ¿El motivo? “La nueva normativa”. Desde su anuncio y ya entrada en vigor en abril de este año, han experimentado una caída los alojamientos en el Casco, “porque son edificios viejos, portales e infraestructuras que no cumplen con la normativa de Urbanismo, la ley cada vez es más estricta y con poco se deniega una licencia”. Por contrapartida, proliferan en el centro y barrios periféricos, donde el poder optar a una licencia es relativamente “más fácil”. Eso sí, el arquetipo de alojamiento cada vez presenta un perfil más concreto.
“En las zonas residenciales está en decadencia porque tienen que tener aprobadas las tres quintas partes de la comunidad (en cumplimiento de la Ley de Propiedad Horizontal, aprobada el pasado abril) para poder seguir adelante con el proceso que establece la administración, y casi nadie quiere un piso turístico en su comunidad. Por ello, el auge se está registrando en los locales destinados a otro uso o en la compra de bloques de viviendas para destinarlos a esta actividad». De estos últimos, denominados apartamentos turísticos, y no VUT (Vivienda de Uso Turístico) Culebras agrega que gestionan «unos tres o cuatro en toda la ciudad».
En cuanto al de turista que elige pernoctar por la Cuenca moderna, Culebras no consigue establecer un perfil concreto. “Es muy amplio, vienen desde personas con 85 años a chicos con 18 años, familias, parejas…”. Sin embargo, sí que chequea en los alojamientos semanales a dos figuras muy concretas. “Personas que vienen por motivos laborales que se quedan durante varios días o una semana, y los que vienen a las autoescuelas”.
En este sentido, el precio medio entre semana para un piso de dos habitaciones oscila entre los 85 y los 90 euros. El finde semana ya no baja de los 100 euros, sin embargo “varía por el tipo de alojamiento, cómo esté planteado y el barrio en el que se ubique”.