La Organización de Consumidores pide al Ayuntamiento que baje a 30 dBA el límite de ruido diurno en viviendas

La OCU también reclama que se habilite un teléfono para centralizar las denuncias por exceso de ruido

Uno de cada cinco europeos está expuesto a niveles de ruido prolongados que resultan perjudiciales para la salud, según la Agencia Europea de Medio Ambiente. «Los municipios castellanomanchegos no son una excepción, tal y como reflejan las denuncias por exceso de ruido en las zonas de ocio nocturnas», señalan desde la Delegación en Castilla-La Mancha de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), que solicita a los ayuntamientos medidas que agilicen el procedimiento de control y la eventual sanción.

Primero, con la puesta a disposición de los vecinos de un número de teléfono del ruido donde centralizar las denuncias en este sentido. Segundo, «impulsando una rápida actuación municipal para medir el posible exceso de decibelios percibido por los vecinos». Y tercero, procediendo a sancionar con diligencia al infractor en caso de que la conducta sea grave o exista una reiteración en la actividad molesta.

Además, a nivel normativo, la Delegación de OCU en Castilla-La Mancha propone reducir los límites máximos de ruido (en decibelios) admitidos en el interior de las viviendas hasta los 30 dBA de día y los 25 dBA de noche en dormitorios, tal y como establecen las ordenanzas de Madrid y Barcelona. Actualmente los límites municipales en las capitales de Castilla-La Mancha para las estancias de descanso son superiores: de 40 dBA de día y 30 dBA de noche en Ciudad Real, Guadalajara y Toledo; y en Cuenca, de 35 dBA de día y 25 dBA de noche (en este último caso sí se alcanzaría el límite). «Aunque pueden parecer pocas diferencias, no lo son: un aumento de apenas 10 dBA supone escuchar el mismo ruido el doble de fuerte», aclara la OCU.

Para el caso concreto de las viviendas de uso turístico, la organización de consumidores aplaude las iniciativas para controlar el exceso de ruido, que a través de un sonómetro advierten al huésped del exceso de ruido y, llegado el caso, envía a un conserje a la vivienda. No obstante, considera que los ayuntamientos deberían desarrollar una normativa específica para preservar el uso residencial del centro urbano y controlar las actividades económicas relacionadas con este tipo de hospedaje, tal y como ya existe en otras capitales como Madrid y Barcelona.

En cualquier caso, la Delegación de OCU en Castilla-La Mancha recuerda que existen ayudas e incentivos autonómicos y estatales para la mejora del aislamiento de viviendas que pueden cubrir hasta el 80% de la reforma, como por ejemplo el caso del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia o las actuaciones de rehabilitación energética para edificios en municipios de reto demográfico (PREE 5000), además de deducciones fiscales. «Está demostrado que el exceso de ruido, sobre todo cuando se produce de forma habitual y prolongada, incide directamente en la salud del residente: causa alteraciones del sueño y estrés, al tiempo que eleva el riesgo cardiovascular y de deterioro cognitivo, entre otras dolencias», concluyen.