Los niños celebran al fin su día en la Feria de San Julián tras dos años de espera

Con o sin pandemia, hay tradiciones que no cambian y es por ello que durante la tarde de este lunes los feriantes, pese a haber estado un año parados, rebajaron a más de la mitad el precio por viaje de las atracciones

Geordano Moreno, el feriante que vende las entradas de los autos de choque, lleva 64 años trabajando de fiesta en fiesta por toda España. «Mi padre me sacó a la feria con 7 años», afirma. «Yo cuando era chavalillo ya existían las atracciones. No de  la calidad de ahora, había mucha carencia de materiales y de estructuras para poder llevar este tipo de máquinas tan grandes, sino fuera por la aerodinámica no se podría», expone.

Si bien las atracciones perviven de una generación a otra: los caballitos, los coches de choque, el saltamontes, la noria… lo que Moreno ni los demás feriantes y tampoco los asistentes a la feria hubieran imaginado es que vivirían un Día del Niño, como el que se celebró este lunes 23 de agosto, aguardando colas entre mascarillas y geles desinfectantes.

Con o sin pandemia, hay tradiciones que no cambian y es por ello que durante la tarde de ayer los feriantes, pese a haber estado un año parados a causa de la situación que han atravesado, rebajaron a más de la mitad el precio por viaje de las atracciones, así la entrada de la mayoría costaba 1,50 euros.

Los asiduos a la adrenalina y las vueltas de las atracciones fueron, como siempre, los más pequeños y adolescentes: desde los 4 a los 15 años. Papás y mamás miraban a sus pequeños desde fuera y capturaban el momento a través de sus dispositivos móviles, algo que tampoco era frecuente en los tiempos en los que Moreno visitaba la feria para montarse en las atracciones.

Xavi Soriano y Victoria Márquez son una pareja, ambos tienen 33 años y esperan la cola para subir a la noria. Aunque no tan pequeños, han llegado a Cuenca desde Valencia y se han encontrado con la sorpresa de la feria de San Julián en el Día del niño. «El niño nunca muere», afirma ella y añade «yo soy de Argentina y allí el día 15 de agosto se celebra el Día del Niño en todos los parques. Se dan regalos gratis, sobre todo a los niños que no tienen acceso a los juguetes».

Feriantes y pandemia

Justo enfrente de la noria, se encuentra el feriante Roberto Cataluña paciente en su puesto, esperando a que algún feriante se anime a lanzar unos dardos a los globos que tiene colgados en la pared. Él también lleva trabajando en la feria desde que dejó el colegio, con 13 años. «Esta ha sido una de las primeras ferias que hemos hecho en España, hemos estado bastante tiempo parados. Yo vengo de Santander, es la única feria que he hecho y ahora vamos a Valladolid, todo depende de los contagios». Es el mismo caso del feriante que vende entradas para los caballitos que, después de llevar «toda la vida» en este negocio, advierte que: «esta es la primera feria que hago desde marzo del 2019». Moreno, el feriante de los coches de choque, lleva un año y medio sin trabajar; «no se puede aguantar», admite.

Son las 20:00 horas de la tarde y, según cuenta la chica de seguridad de la entrada a la feria, ya han pasado por el recinto 2.462 personas. La cola es infinita, «suelen pasar a lo largo del día unas 10.000 personas», afirma. «La gente cuando viene a las ferias, creo que se quitan de comer por venir un rato. Le estoy muy agradecido a todo el mundo», afirma con lágrimas en los ojos emocionado Moreno, «¡no es para menos!». Mientras las luces de las atracciones siguen encendidas, los niños corren y saltan entusiasmados de un lado a otro del recinto durante el día de la feria que se les ha dedicado y que se volverá a repetir el lunes 30 de agosto para concluir las fiestas.