El Hospital Universitario de Cuenca está a punto de convertirse en una realidad, haciéndose efectivo ya el traslado de algunos de sus servicios desde el pasado 28 de abril y que, previsiblemente, comenzará a recibir los primeros pacientes en verano. La transición se realizará en seis fases, comenzando con los servicios de hospital de día, consultas externas y pruebas diagnósticas, y la fase final incluirá los servicios relacionados con la radioterapia para completarlo en otoño.
Un traslado que hará que el actual hospital Virgen de la Luz tenga los días contados para su funcionamiento y para cuyo edificio se han hablado de varias propuestas para darle un nuevo uso. Entre ellas, vivienda de carácter social ante la falta de oferta en la ciudad y el traslado de oficinas administrativas del Gobierno regional en los espacios que actualmente ocupan la Gerencia y los laboratorios, así como parte del Centro de Especialidades.
Un nuevo uso que, hasta ahora, no está confirmado hasta que no se produzca el vaciado completo, pero que los negocios de la zona de la Avenida de los Alfares y residencial Universidad y Buenavista ya plantean algunas propuestas con el fin de salvarse económicamente. Algunos de ellos han sido preguntados por este periódico cómo les afectará el cierre del centro hospitalario y qué ideas sugieren para no dejar el edificio vacío.
Hostal de Cuenca
En Avenida de los Alfares, 52 hay ubicado un hostal de dos estrellas regentado por Gil Carballo. Señala que el inminente cierre del hospital Virgen de la Luz afectará en torno a un 80-90% de los negocios de la zona, incluido el suyo. No sabe determinar el porcentaje de pérdidas que supondrá para el hostal, aunque admite que «afectará bastante».
Carballo señala que la mayoría de los huéspedes que se alojan en su hostal no proceden del centro hospitalario, sino «en general del turismo y de la universidad». Sin embargo, admite que dan cobertura a un alto porcentaje de usuarios del hospital. «Los que nos quedamos aquí nos vamos a ver afectados», sostiene.
Ante las especulaciones que se han informado sobre el próximo uso de las instalaciones, Gil destaca que «deberían decir algo en concreto» para que los negocios de la zona «puedan saber si van a sobrevivir o no». «Como siempre, los autónomos y las pequeñas empresas son los que se lleva el batacazo, y a nadie le importa», insiste Carballo, que reconoce haberse planteado cerrar el hostal «si vemos que las reservas bajan».
Para un nuevo uso del espacio, el gerente del hostal plantea una alternativa «en la que pueda venir gente», como por ejemplo dejar alguna especialidad del hospital en concreto, «así es posible que pudiéramos sobrevivir».
Farmacia ‘Isabel Pastor’
La titular de la farmacia frente al centro hospitalario, Isabel Pastor, asegura a Voces de Cuenca que notarán las pérdidas una vez trasladen los servicios al nuevo hospital universitario, ya que van muchos clientes relacionados con el Virgen de la Luz. «Nosotros somos más para los pacientes que le urge algún medicamento y no se esperan a llegar al pueblo», afirma la farmacéutica.
Dice no saber con seguridad cómo les afectará el cierre de las instalaciones, aunque sostiene que «será bastante». Pastor dice que la mayoría de sus clientes son residentes del barrio, por lo que una de las opciones más viables para sustituir el uso del terreno es la construcción de viviendas o «una residencia de ancianos».
«Lo peor que pueden hacer es dejarlo vacío y abandonado, porque un edificio en ese estado puede traer insalubridad de todo tipo», sentencia la farmacéutica.
Restaurante-cafetería Peñablanca
El encargado del restaurante Peñablanca, Mario de la Fuente, señala a este periódico que hasta ahora no saben cómo afectará el cierre, aunque «seguramente un 30% se notará sobre todo en los desayunos y los almuerzos», pues a la hora de la comida «viene gente de la universidad, el centro comercial y demás».
De la Fuente sostiene que depende de lo que vaya a ir destinado el edificio del hospital les beneficiará o no. En este caso, «no quitar el hospital» es lo que haría no perder el negocio. Aun así, plantea crear una residencia de ancianos u oficinas para funcionarios, algo que «no afectaría para la hora del desayuno».
Ortopedia Técnica en Cuenca
Belén Yébenes, gerente de Ortopedia Técnica Tarancón en Cuenca, destaca que el cierre del Virgen de la Luz afectará a su negocio, ya que está relacionado con el sector de la salud. En su opinión, es una «pena» el perjuicio que vaya a provocar a la población conquense, especialmente a los mayores, ya que en la zona del nuevo hospital «alrededor no hay nada».
Yébenes dice que una vez deje de funcionar el centro hospitalario actual intentarán «dar mejor servicio» a sus clientes a través de la ayuda a domicilio. «La distancia es un handicap y esa zona es rústica, no se puede urbanizar», destaca. Sobre su negocio, incide en que para los ciudadanos de los pueblos «tener un establecimiento como el nuestro cerca del hospital es fundamental», además de «evitar cogerte un desplazamiento».
La gerente de la tienda ortopédica afirma que su volumen de negocio «fácilmente puede reducirse a la mitad». Señala que si alguien les solicita sus servicios «subiremos al nuevo hospital», aunque admite que no tendrán la misma facilidad que en la actualidad por la cercanía, así como cambiar el plan de negocio.
Sobre el nuevo uso de la infraestructura, Yébenes señala que «podían haber ampliado en centro, como en Guadalajara». Aun así, sugiere que se utilice para «algo social», como una residencia de ancianos o un hospital de día, «pensado para la población de Cuenca, que hay muchas personas mayores».
Peluquería Alicia
Alicia Sánchez, la dueña de la peluquería que lleva su nombre, ubicada en la Avenida los Alfares, afirma que el cierre del hospital Virgen de la Luz no afectará en gran medida a su negocio, ya que los clientes que tiene «son residentes del barrio y gente fija», aunque dice que en relación al centro hospitalario puede ir «unas diez personas al mes».
La peluquera destaca que lo que más les preocupa es lo que se vaya a hacer en el futuro con el edificio, y lo que ve más viable es una residencia universitaria o de ancianos. «Lo peor que puede pasar es que se quede vacío, porque el sitio que se queda vacío tiene un mal final», sentencia.