La residencia Sagrado Corazón, pionera en erradicar las sujeciones físicas y químicas a los internos

Desarrolla un programa formativo para trabajadores y familias junto a la Fundación Cuidados Dignos para conseguir eliminar estos tratamientos entre los residentes

La Residencia Provincial Sagrado Corazón de Jesús, dependiente de la Diputación de Cuenca, se encuentra en pleno proceso de formación para conseguir ser un centro libre de sujeciones físicas y químicas. El programa formativo, pionero a nivel nacional, está siendo desarrollado de la mano de la Fundación Cuidados Dignos. La sujeciones aplicadas a residentes son los métodos, bien físicos como la utilización de correas para limitar la libertad de movimientos, como el uso inadecuado o excesivo de fármacos psicotrópicos para manejar o controlar una conducta inadecuada o molesta.

La diputada de Servicio Sociales, Lorena Cantarero, ha precisado que «estamos llevando a cabo un programa que consiste en formar, capacitar y asesorar para la atención a personas mayores sin sujeciones físicas ni químicas. Es un trabajo que se está haciendo con los profesionales de la residencia y tambien con los familiares. Creemos que es necesario que todos conozcan este tipo de atención. Somos de las primeras residencias a nivel nacional que estamos trabajando este tema con la Fundación Cuidados Dignos que a nosotros nos parece tan importante».

Cantarero reconoce que no es sencillo eliminar prácticas que están arraigadas en los tratamientos que se aplicado tradicionalmente en estos centros asistenciales. «Se está trabajando en cambiar la mentalidad de las personas. No es justo que las personas estén sometidas a sujeciones de ningún tipo y se puede trabajar de forma fisica, con fisioterapeutas. Y con la medicación igual. Se puede trabajar para evitar la medicación para que estén más tranquilos conociendo a la persona, analizando su situación e intentando que estén lo mejor posible en la residencia. Eso es lo que buscamos, el bienestar de las personas».

La Residencia Provincial lleva un par de años colaborando con la Fundación con diferentes programas «y lo principal es centrarnos en la persona y conocer mejor a cada residente: gustos, preferencias y hacerles la vida más fácil y que se puedan mover con libertad confiando en los profesionales que les acompañan». El objetivo es conseguir estar libre de sujeciones pero este tipo de tratamientos son residuales en la residencia: uno entre 121 residentes.  «Ahora mismo tenemos 121 personas. La residencia tenía capacidad para más plazas pero la nueva normativa a partir del COVID han reducido la capacidad para que la atención sea mejor. Actualmente solo hay una persona con sujeciones mecánicas y, principalmente, es porque la familia cree que está más segura. Nuestro objetivo es que la residencia esté libre de sujeciones físicas o químicas, totalmente. Y en ello estamos».

«Lo primero, darnos cuenta del error»

La directora de la residencia, Mª Ángeles Briones, considera que «lo primero que nos tenemos que dar cuenta de que las sujeciones físicas y químicas son un error. Mientras no te das cuenta de lo que estás haciendo, no empiezas a cambiarlo. Nos tenemos que dar cuenta de que eso es, en primer lugar, una violación de derechos humanos. Se está reteniendo a alguien contra su voluntad. Además, tiene unos efectos secundarios que son mucho más graves y mucho más serios que los beneficios que puede suponer. Cuando te das cuenta cambia el chip y se empieza a trabajar en erradicarlo para verlo desde la óptica de los derechos humanos. Además, hay que trabajar los casos de forma individualizada para saber qué es lo que provocó esa sujeción y cómo evitar los problemas que llevaron a ella. Una de las cuestiones que más cuesta es lo de «pues se ha hecho así toda la vida».

Briones señala que las residencias privadas se han interesado en tener certificados de centros libres de sujeciones «y debe ser por la competencia para ofrecer mejores servicios. En las públicas no se ha hecho apenas. Hay alguna experiencia, no en Castilla-La Mancha. Somos pioneros en el sentido de que hemos dicho que vamos a por la certificación».