La Fundación Antonio Pérez acoge ‘Los Pilares de Luz’, exposición del artista toledano Rafael Canogar

Esta muestra se encuentra dentro del proyecto editorial MENÚ-Cuadernos de Poesía, y podrá visitarse hasta el próximo viernes, 7 de febrero

El pasado viernes, 2 de febrero, el artista toledano Rafael Canogar presentaba en el Centro de Arte Contemporáneo de la Fundación Antonio Pérez la exposición ‘Los Pilares de la Luz’, muestra dentro del proyecto editorial MENÚ-Cuadernos de Poesía.

El acto ha contado con la participación de medio centenar de personas que han podido observar el análisis de esta muestra que puede verse hasta el próximo viernes 7 de febrero.

‘Los Pilares de la Luz’ es el último título que acaba de editar MENÚ, en el que ha colaborado Canogar de modo especial. Para ello, se ha reunido en torno a su obra una antología de poetas españoles de todas las épocas, con algunos de sus poemas más célebres y conocidos. Incluye, entre otros, a San Juan de la Cruz, Góngora, Machado, Lorca, Cernuda, Jaime Gil de Biedma y María Victoria Atencia.

Canogar ha realizado una obra diferente para cada uno de los autores. El prólogo introductorio lo ha elaborado el poeta y crítico de arte Juan Manuel Bonet. ‘Los Pilares de la Luz’ es un proyecto que se ha elaborado durante una década hasta concluir en este libro-objeto que se ha presentado en la sede principal de la Fundación Antonio Pérez en Cuenca.

Con esta exposición se quiere ofrecer al visitante «una experiencia única y sensorial que va más allá de lo puramente plástico, para adentrarse en un universo mágico y lírico de luz, creando un espacio envolvente que culmina en los Paisajes de Rafael Canogar».

La vicepresidenta de la Fundación Antonio Pérez, María Ángeles Martínez, ha destacado el honor de estar al lado del «maestro de maestros» y ha agradecido enormemente al pintor toledano que haya vuelto al museo conquense donde tiene una sala dedicada a su obra.

Canogar, por su parte, ha reconocido que la fundación es «prácticamente como estar en casa y ha detallado que sus obras, como las de muchos artistas de su tiempo, son «acontecimientos en sí mismos», poniendo de ejemplo el cuadro Toledo «que no necesitaba estar delante de la ciudad para poder plasmarla».