La Escuela Superior de Arte Dramático (ESAD) de Castilla-La Mancha comienza, progresivamente, a alcanzar las metas con las que comenzó hace tres años. Despunta como referente de enseñanzas artísticas en la región, confiesa con orgullo su director, Miguel Mula, quien, sin embargo, matiza que “está mejor posicionada fuera de Cuenca que en la propia provincia”.
Mula está a las puertas del inicio de un curso que define como “muy especial”. Finaliza la primera promoción de un estudiantado que está rompiendo las estadísticas iniciales con las que arrancó la Escuela. “Está llena de alumnos, son muchos más de los que se esperaba”, admite con orgullo el director. Y es que, la ESAD está al completo de su cupo de estudiantes (70) y con lista de espera. Un hecho inédito para un centro superior de estudios artísticos, señala Mula, que destaca que más de la mitad de estos jóvenes que llegan a Cuenca a formarse proceden de fuera de la comunidad.
La elevada demanda de alumnos y los deseos de progresar en el proyecto iniciado por el equipo docente está elevando a la Escuela al siguiente nivel, que obedece a la ampliación de la oferta de estudios, que incluirá a partir del curso 2026-2027 otro itinerario a partir de segundo ciclo. Dentro del grado superior en Interpretación- que es el único que se oferta en el centro- se podrá elegir entre interpretación textual (que es el actual itinerario) y teatro musical.
“La intención es poder llegar en los próximos años a ofrecer tres grupos, dos de interpretación textual y uno de teatro musical”, explica el director. Sin embargo, en el camino para alcanzar este propósito aparece un escollo: la falta de personal de administración y servicios. “Hasta ahora el equipo directivo es el que se encarga de todas las tareas, desde abrir y cerrar el centro hasta las que conciernen al ámbito administrativo”, explica Mula. Y es que para poder llegar a esa ampliación de grupo sería necesaria la apertura del centro en horario vespertino. Una tarea que, hasta ahora, ha recaído en el cuerpo docente como un sobreesfuerzo para que los alumnos puedan llevar a cabo sus deberes, es decir, hacer uso de las instalaciones para ensayar.
“En diferentes épocas hemos abierto un par de tardes a la semana, pero si se amplía a otro grupo, que supondría incrementar la oferta de plazas, necesitaríamos como mínimo algún conserje”, detalla el director. Una coyuntura que ya negocian con la Consejería de Educación, como también lo hacen para poder ofrecer, durante el curso que va a comenzar, dos módulos integrados de Formación Profesional, y para los que se hace necesaria la apertura del centro en esa franja de las tardes.
La idea del equipo directivo es ofrecer módulos sueltos de Formación Profesional ante la carencia de estas especialidades en todos los puntos de la comunidad. “Nos gustaría ofrecer este año uno vinculado a Indumentaria Teatral y otro de Puesta en Escena”, adelanta Mula. Si este proyecto fructifica, el siguiente paso sería implementar, también como oferta integrada, el de Técnico de Sonido y Técnico de Luces. “Sería la primera vez que se pueden cursar estos estudios en Cuenca”, matiza Mula.
De momento, tan solo queda esperar la respuesta de Educación, que desde el inicio les ha manifestado un “ya llegará”, mientras desde el centro se lamentan de “trabajar en precario” en un proyecto cargado de ganas por avanzar y evolucionar.