“Es muy importante rejuvenecer Cuenca y tenemos una oportunidad única”

Entrevista con Jesús Alfaro, arquitecto y urbanista

Alejandro Sahorí

Jesús Alfaro, arquitecto y urbanista conquense que lleva años proponiendo “rehabitar la ciudad”, reclama una ampliación de visión para remodelar la capital conquense y reducir las brechas: la de renta, la provocada por la gentrificación y la urbanística

Cuenca tiene un déficit poblacional -la ciudad tiene 10.000 viviendas vacías entre no habitadas y segundas residencias- pero solo ha habido un incremento de la población de un 20% desde 1995. El POUM (Plan de Ordenación Urbana Municipal) agrega que buena parte de este suelo es inadecuado. ¿Cuál es el trasfondo de este asunto?  

El plan que hay en vigor es un texto de 1996 que ha sido arreglado. El tema del planeamiento urbano de Cuenca ha sido una asignatura pendiente desde muchas legislaturas sin llegar a un cambio real. Algunos proyectos se desarrollaron y otros se quedaron en proyectos fallidos.

Hay mucho suelo que se calificó como “suelo urbano” y que no ha sido abordado. Se hablaba de que Cuenca iba a duplicar su población y eso no ha pasado. El crecimiento de Cuenca ha sido vegetativo, no es que no crezca la ciudad sino que ha menguado en población, que es mucho más envejecida y en la que hay una huida de jóvenes. Además de que las actividades económicas, que son pocas, que tenemos no permiten que la población aumente

¿Cómo ha influido la urbanización en las diferencias y brechas de la población con la situación de envejecimiento de la ciudad y la huida de los jóvenes?

No es solo una cuestión de forma, Cuenca ha sido urbanizada en forma de casco de cebolla que solo crece hacia un lado, de Carretería hacia Hermanos Becerril. No es solo un asunto de urbanización sino de que las iniciativas no siempre han mirado hacia Cuenca. El Ave ha sido la única iniciativa que ha podido abrir Cuenca hacia Madrid y hacia el levante.

Tenemos una oportunidad única porque estamos a 50 minutos de la capital y que nos sitúa en un enclave de oferta de lugares patrimoniales con un interés ya no solo turístico sino logístico. Si aprovechamos la iniciativa del Ave para establecer líneas comerciales, las condiciones para atraer nuevos habitantes se multiplican. Cuenca tiene una calidad de vida que no se ha llegado a vender bien. Buena parte de las condiciones de Cuenca pasan por ahí. Tenemos un potencial para atraer polos de gran interés.

Entonces, Cuenca tiene una posibilidad que no ha sido explotada, ya no hablamos de turismo sino de atraer a habitantes a la ciudad. Más aún en un contexto de pandemia en el que se valoran más otras opciones de ciudad

Creo que debemos hacer de la dificultad una virtud, si hablamos de que Cuenca forma parte de la España vaciada. El déficit de gente, en este caso, nos permite. Quizás le mayor interés de Cuenca es ese hoy día: que está vacía. Ofrecer un territorio en el que se escuche el silencio. Pensemos en alguien que viva en una gran ciudad y poder escuchar el silencio, el aire puro, sin ver edificios ni líneas eléctricas. Es una oportunidad que se puede aprovechar.

El gobierno acaba de anunciar la nueva ley de rehabilitación de viviendas antiguas, una de las medidas del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la Economía financiado con fondos europeos. ¿Cómo puede acogerse Cuenca a estas subvenciones?

Este es un proyecto que por fin ha acometido Europa y las ayudas llegan porque son necesarias, no podemos seguir consumiendo de esta manera, y tenemos un problema medioambiental y de abastecimiento energético. La energía más barata es la que no se consume, este es el objetivo principal.

El problema está en la construcción de las edificaciones, que son antiguas y pensaban más en el alojamiento que en las necesidades energéticas. Ahora nos damos cuenta de que nuestras viviendas son muy deficitarias energéticamente. Tenemos que tener muchos aparatos para calentarse o enfriarse porque estábamos vestidos solo “con una camiseta”, sin protecciones contra el invierno y el verano. Si tengo sombra en verano y el aire circula no necesito poner el aire acondicionado. Estos son sistemas energéticos pasivos, que son elementos de la propia construcción que hacen que no tengamos que usar los elementos activos, que son los externos: calefacciones, aires acondicionados. De este modo consumimos menos. 

Las subvenciones ya financiaban hasta el 85% de la edificación y con este plan se puede llegar al 100% de subvención. Es obligatorio, está subvencionado y hay mucha competencia, sería una gran oportunidad como metodología a aplicar.

Durante esta pandemia hemos apreciado un Casco Antiguo vacío sin turistas, un entorno gentrificado que no está pensado para los ciudadanos, ¿ cómo se podría “rehabitar” el espacio de una forma respetuosa con el entorno?

Hay dos efectos. Por un lado está el apartado proteccionista que ha ahuyentado posibles inversiones para rehabilitarlos. Existe una especie de hooliganismo proteccionista que dice que no se puede tocar porque es patrimonio. Un asunto es mantener su esencia y otra es pensarlo como una Gioconda. Las cuestiones de normativa creo que le han perjudicado en este sentido.

El Casco Antiguo ha tenido una inversión ‘hollywoodiense’, una situación que solo ha afecta a fachadas o cubiertas. Queremos mantener un envoltorio para que siga siendo bonito pero dentro no hay nada. Hay un efecto de gentrificación, de cara al turismo, pero gente que habita el espacio no hay.

¿Y qué tipo de iniciativas concretas han surgido para hacerlo más accesible?

Yo propuse una iniciativa, recogida en la tesis Propuestas de intervención para la mejora del espacio urbano. Aplicación a la ciudad de Cuenca, como era la de establecer un convenio para poder combinar jóvenes y mayores en el Casco Antiguo. Una especie de simbiosis, de manera que ambos se benefician el uno del otro. De esta manera se consigue que haya gente que pueda vivir ahí. 

Otro de los problemas del Casco es la situación de los automóviles, de la accesibilidad al mismo. Por esto, en varias propuestas he planteado una especie de ‘Ronda Este’ que comunica la ciudad antigua con San Antón con Tiradores y la Universidad, de modo que una persona pueda caminar de un sitio a otro sin dificultad. Los parkings, que tienen un uso muy reducido, podrían servir para que la gente pueda dejar sus coches abajo y acceder al mismo sin el coche a través de pasarelas. Aquello, mi propuesta, se consideró una agresión porque podría repercutir en el skyline de la ciudad. 

La identidad de Cuenca es su propio castigo. Ese ambiente tan impermeable al cambio y a la innovación hace que perdamos oportunidades. Si queremos rehabilitar el Casco tenemos que abordar iniciativas que puedan cambiar las dinámicas de accesibilidad y de la ciudad. Al final, esa pasarela se hizo y es una de las más transitadas de toda la ciudad. 

Que no haya prácticamente bibliotecas fuera del centro de la ciudad es un ejemplo de la concentración de servicios y los barrios que se han quedado fuera son los que, a niveles de renta y de inclusión, peor están. ¿Cómo podríamos acercar los servicios a otras zonas de la ciudad? 

Aquí estás a un lado de la vía o al otro. Y no tiene nada que ver entre estar en un lado y al otro en cuestiones de renta, de servicios, de oportunidades. Las vías cortan la ciudad, son una grieta de dentro de la ciudad. Necesitamos coser esa grieta entre distintos lugares. Para abordar el asunto de las vías del tren tenemos varias soluciones: desviarlo, soterrarlo (que es deficitario) o convertirlo en un corredor más parecido a una vía verde que conecte con un itinerario rural que podría tener su interés.

La oportunidad, otra vez, de la España vaciada. Es una oportunidad para esos municipios ya que el tren, el antiguo, no les ha dado esa posibilidad. Y para el entorno urbano los beneficios serían inconmensurables. Si quitamos esa barrera de acero se puede abrir la ciudad, además de ser un pulmón verde en el que se pueden albergar infraestructuras sociales, como las bibliotecas en este caso, y empezar a coser una grieta. Esto ha pasado en ciudades como Córdoba y en Sevilla.

Por último, que le puede ofrecer Cuenca a los jóvenes para que se queden. ¿Qué esperanzas hay?

Creo que es muy importante rejuvenecer Cuenca, ya que hay mucha población joven que sale de aquí. Y tenemos la oportunidad para empezar el cambio de mentalidad e incluirlos en la ciudad. La visión que tenemos de la ciudad pertenece a una generación antigua que no permite ese cambio. Si hubiera un cambio para habitar la ciudad habría muchos jóvenes, solo hay que ver el número de estudiantes de la UCLM en Cuenca, que se querían quedar. Estamos en 2021, tenemos que adaptarnos a nuestra época.