El Sagrado Corazón recorre las calles de Cuenca en una cálida y solemne tarde de junio

Tras la misa presidida por el obispo, la imagen ascendió entre callejas hasta el casco antiguo de la ciudad

El Sagrado Corazón ha desfilado por las calles de Cuenca en una cálida tarde estival que pone el broche de oro al mes de junio, cumpliendo con su cita anual para trasladar el fervor y la devoción de los fieles a las calles de Cuenca, esta vez ascendiendo hasta el casco antiguo de la ciudad por el empedrado hasta la Plaza Mayor.

Apenas cumplidas las ocho de la tarde, los últimos rayos de sol han recibido al Señor a las puertas de la iglesia del Salvador, que comenzaba su ascenso por la calle Solera hacia el Peso, entre callejas angostas que hace apenas unos meses olían a cera e incienso. Esta vez con el gozo del amor infinito de Dios por la humanidad simbolizado en el corazón físico de Jesucristo. Esta imagen, que cosecha devoción entre los conquenses, es un símbolo de la entrega total de Jesús por la salvación, mostrando su deseo de acercarse a cada individuo. 

Una vez alcanzada la Plaza Mayor y con el telón inigualable de la Catedral, el cortejo procesional compuesto por fieles, representantes municipales de la hermandad y el párroco, comenzaba su descenso para retornar al templo de El Salvador desde el que había partido y en el que había tenido lugar a las siete la Santa Misa presidida por el obispo de la Diócesis de Cuenca, monseñor José María Yanguas.