El perfil de las personas sin hogar en Cuenca cambia: cada vez hay más familias migrantes al completo

La nueva campaña “Sin hogar, pero con sueños” de Cáritas Diocesana de Cuenca pone el foco en la vivienda como base de la dignidad y la estabilidad.

Las personas sin hogar en Cuenca ya no son, en su mayoría, varones que llegan solos a España en busca de una mejora económica o que transitan de albergue en albergue. El perfil ha cambiado, pues cada vez son más las familias completas que llegan con niños pequeños en busca de un futuro estable y un hogar donde empezar de nuevo. Así lo ha confirmado Cáritas Diocesana de Cuenca durante la presentación de su nueva campaña “Sin hogar, pero con sueños” para sensibilizar sobre el derecho a contar con una vivienda adecuada y un nivel de vida digno.

Durante el último año, la rama conquense de la entidad ha acogido y acompañado a 476 personas en situación de calle en el albergue de transeúntes, de los cuales 386 son hombres y 32 son mujeres, tal y como ha detallado Marimar Resusta, responsable del Área de Inclusión Social de Cáritas Diocesana de Cuenca. La responsable de la entidad señala que las cifras de Cuenca son especialmente particulares, pues es habitual ver en otras ciudades un mayor número de mujeres en situación de calle que de hombres.

Un cambio en la tendencia: cada vez más migrantes necesitan apoyo

En este sentido, Resusta manifiesta un cambio de tendencia en las personas sin hogar en los últimos 10 años, pues aunque en el último año, de esas 476 personas atendidas 245 son españolas y 176 son migrantes, la cantidad de personas extranjeras en situación vulnerable se encuentra al alza. Por ello, según apunta la encargada del Área de Inclusión Social de la entidad en Cuenca, «aunque el número actual de españoles al que ayudamos es superior al de personas extranjeras, la tendencia es que aumente el número de personas migrantes». Entre las causas de este fenómeno, desde Cáritas señalan que «con la regularización y la Ley de Extranjería cada vez el embudo es más estrecho, porque por mucho que hayan avanzado en algunos reglamentos sigue habiendo trabas». Asimismo Resusta destaca la «paradoja» que supone «poner trabas cuando se necesita gente para trabajar».

A pesar de que se necesitan personas para diversos empleos, el tener un trabajo ha dejado también de ser sinónimo de estabilidad económica. Referente a este aspecto, el director de Cáritas Diocesana de Cuenca, Luis Miguel Jiménez Patón, señala que según refleja el último informe AROPE sobre el Estado de la Pobreza en España «actualmente hay un total de 566.000 hogares que se encuentran en una situación extrema de carencia de ingresos, menos de 10.000 euros al año». Así, la realidad es que «personas que puedan tener un trabajo con salarios muy bajos y ante un coste de la vida cada vez más elevado, resulta imposible llegar a final de mes por lo que cada vez tenemos que emplearnos para ayudarles un poquito más», destaca Jiménez Patón.

Dejar su país obligados por conflictos locales: ahora migran familias completas

La entidad ha prestado un total de 10.000 servicios de todo tipo a las personas en vulnerabilidad que así lo requerían y ha conseguido durante los 10 meses de 2025 que un total de 58 personas hayan podido acceder a programas más estables en los Centros Residenciales de Cáritas. Entre ellas se encuentran 39 hombres y 19 mujeres -11 españoles y 47 migrantes, en los que se observa esa tendencia al alza-, así como seis familias con hijos, siete menores y tres familias sin hijos.

El cambio en la movilidad humana en cuanto al perfil del migrante en el que son «familias completas que llegan con niños y que necesitan un techo, un trabajo y una oportunidad», según ha detallado Mari Paz Ramírez, secretaria general de la organización en Cuenca, se ha producido debido a la transformación de las realidades sociales. Así, «la gente ya no migra sola, migra toda la familia porque todos corren peligro», una situación no solo motivada por el auge de conflictos internacionales, si no también por las casuísticas a las que se enfrentan en sus países de origen, en los que pasan de tener una vida estable a verse amenazados por grupos armados o conflictos locales.

De los sueños a la realidad: así es la nueva campaña de Cáritas Diocesana

Gracias al apoyo constante de la entidad y su labor de acompañamiento en cada paso 20 personas han conseguido independencia con su propia vivienda. Aunque el dato señala el impacto positivo de la escucha, el trabajo y el aliento que ofrece Cáritas, Marimar Resusta insiste que se trata de viviendas en situación «muy vulnerable» dados «los elevados precios de los alquileres» y debido a que «no hay vivienda para todos». Por su parte, Jiménez Patón ha destacado junto a los elevados precios de los alquileres «el aumento de las viviendas disponibles que en vez de emplearse para alquileres de media o larga estancia se han destinado a Viviendas de Uso Turístico (VUT)».

Con el objetivo de visibilizar que detrás de todas las cifras hay historias y nombres propios, la nueva campaña de Cáritas busca recordar que detrás de cada historia hay personas con esperanza, con metas y con sueños que aspiran a conseguir una independencia económica y vital con un empleo y una casa propia que les permita dejar de tener que acudir a los recursos de las entidades. La organización quiere poner el foco en la dignidad, en el derecho a la vivienda y en la necesidad de una comunidad más justa y solidaria en la que «nadie es imprescindible, pero todos somos necesarios», recuerda el director conquense.

Asimismo, Jiménez Patón destaca que «tener un hogar es mucho más que tener un techo, es tener un lugar donde sentirse seguro y poder soñar» subraya. A través de “Sin hogar, pero con sueños”, Cáritas invita a la ciudadanía conquense a mirar más allá del techo y ver a las personas, a implicarse en la construcción de una sociedad donde nadie quede fuera e insta a las instituciones a poner todos los servicios y herramientas necesarios al servicio de las personas que más lo necesitan.