Cada año en la Catedral de Cuenca se suceden fenómenos lumínicos a través de sus rosetones cuyos rayos de sol son guiados por sus girolas hasta un punto en concreto. Estos efectos no son un caso aislado, pues se dan en otros templos de la época. Sin embargo, en el de la capital conquense hay uno que ocurre dos veces al año.
Se trata de la iluminación de El Transparente, que en la Catedral conquense se ilumina 33 días antes y después del solsticio de verano, por lo que volverá a ocurrir entre el 23 y el 28 de julio sobre las 10:15 horas. El profesor e investigador histórico José María Rodríguez González cuenta que es el efecto lumínico más especial que se produce en el templo al producirse dos veces en el mismo año.
Con el cristianismo y tras el Concilio de Nicea (año 325) determinaron la modificación de los templos cristianos para que la cabecera estuviera orientada a la salida del Sol. Se pretendía hacer visible en las catedrales, dice el profesor, el pasaje del Evangelio de San Juan (8, 12): “Yo soy la luz del mundo; el que me siga no caminará en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida”.
Esta debería de darse una sola vez para el solsticio de verano, el 21 de junio. Sin embargo, en el siglo XV, siendo Obispo Lope Barrientos, se realizó una gran obra en su interior haciendo la doble girola, quedando tal como se conoce en la actualidad. Este hecho desplazó el óculo original, lo que ha ocasionado que el «milagro de la luz» se dé 33 días antes que en los demás templos con las mismas características que el conquense, siendo del 19 al 22 de mayo sobre las 9:45 horas.
Además, al no coincidir la entrada de los rayos solares con el solsticio de verano, el sol sigue su trayectoria orbital hasta su máxima declinación Norte, que permanece durante varios días en esa altura máxima hasta que vuelve a declinar y se invierte la situación, los días van disminuyendo de duración y su órbita va bajando lentamente, cuenta el investigador. Por lo tanto, el sol vuelve a iluminar el Transparente 33 días después del 21 de junio, es decir, entre el 23 y el 28 de julio. «Corresponde a la edad de Cristo, son casualidades tremendas», destaca Rodríguez González, quien dice que ocurrirá a las 10:15 y las 10:30 horas, según las variaciones del recorrido del sol.
Para el investigador, este efecto es el más importante «porque es la representación la entrada de Cristo, con la luz, a lo más profundo de nuestra Catedral».
Otros efectos lumínicos en la Catedral
José María Rodríguez González destaca otro efecto lumínico en el templo conquense que ocurre todos los años es el primer domingo de adviento, cuando se ilumina el medallón de la Anunciación en la Capilla de los Caballeros a las 12:30 horas, «ya sea el último domingo de noviembre o el primero de diciembre».
También se produce en la Capilla de la Virgen del Sagrario, para las mismas fechas de julio que El Transparente, cuando se ilumina el cuadro que se identifica como una asunción de un alma a los cielos, en la parte superior o montante del retablo.
Otro fenómeno que se produce en el templo conquense, pero esta vez cada año bisiesto, es la iluminación del Espíritu Santo representado en la paloma de la Capilla del Pilar. Suele ocurrir sobre las 10:30 horas aproximadamente en los equinoccios, es decir, el momento del año en que el Sol se encuentra exactamente sobre el ecuador celeste, lo que provoca que el día y la noche tengan una duración aproximadamente igual en todo el planeta. «El rayo ilumina con tanta fuerza a la paloma que casi no se puede ver», destaca el profesor.