El director de la Escuela Municipal de Música avisa de que está colapsada: «No podemos atender la demanda»

Por su parte la Escuela de Teatro ha duplicado este año el cupo de alumnos, que ya alcanza los 90

Con “mucha ilusión” y “muchos más alumnos”. Así define el inicio del curso en la Escuela Municipal de Música y Artes Escénicas Ismael Martínez Marín, su director, José García Llopis, quien a la vez advierte de que el centro está “colapsado”. “Ya no tenemos capacidad para atender a más alumnos”, manifiesta.

Frente a la pantalla de su ordenador con los datos actualizados se lamenta de que 80 personas se han quedado sin la opción de optar a una plaza para este curso. “Es una barbaridad, hemos tocado el cupo, ya no podemos estirar más”, se lamenta Llopis.

El curso ha arrancado con 700 estudiantes- frente a los 620 del pasado curso- cuyas edades van desde los 4 a los 70 años, aunque estos últimos representan al 15% de todo el alumnado. No obstante, sendas demandas han ido in crescendo en los últimos años. La inquietud por la formación artística en Cuenca se ha despertado y, sobre todo, en las familias que, como apunta Llopis, “cada vez son más conscientes de la importancia que tiene desde pequeños la formación complementaria en estudios musicales, al igual que lo hacen con los idiomas o el deporte”.

La Escuela se posiciona como un centro donde practicar una afición, frente a la formación profesionalizada del Conservatorio. Es un lugar al que se acude, como señala su director, por “inquietud”, y donde destaca como un aliciente las relaciones interpersonales que se fraguan entre los alumnos.

Escuela de Teatro

En la misma línea que los estudios musicales, la Escuela de Teatro ha arrancado el nuevo curso con cifras históricas. Y es que, gracias a la incorporación de otro docente, el cupo de alumnos se ha duplicado, pasando de los 45 del pasado curso a los 90 de este que acaba de comenzar.

La escuela está jugando un papel primordial en dar cabida a las inquietudes en las artes escénicas en todas las edades. Por ello cuenta con un grupo de infantil, otro de adolescentes y dos de adultos. Se posiciona, así, como una escuela para amateurs que también está consiguiendo crear cantera para la ESAD, ya que, como apunta Llopis “en las escuelas es donde nacen los artistas”.