El bombero conquense que auxilió en Turquía: «Los rescates a partir de tantos días son pequeños milagros»

Kike Torres Fernández ha desarrollado labores humanitarias junto a equipos españoles e internacionales en Turquía tras el terremoto que se produjo el día 6 de febrero sobre la zona

Kike Torres Fernández se ha convertido en protagonista a lo largo de estos días por ser uno de los muchos rescatadores internacionales que han trabajado sobre la zona cero tras el terremoto que hizo temblar los países Turquía y Siria. Allí, Torres ha emprendido labores humanitarias tras esta catástrofe natural. El conquense pertenece a la plantilla del Servicio Provincial de Bomberos de la Diputación provincial y ejerce su profesión en el parque de Motilla del Palancar.

«Pertenezco al equipo de búsqueda y rescate en zona urbana, el equipo USAR y estamos entrenados y preparados para cuando ocurre este tipo de catástrofes para acudir a la ayuda de quien lo necesite. Me preparo para estas situaciones y cuando ocurren se presta ayuda y se aporta nuestros conocimientos», señala el bombero conquense, que además añade que «la carga emocional es fuerte porque al final se trata de una zona que está destruida y las personas que quedan vivan han perdido todo: su vivienda, trabajo, familiares… a pesar de ello, nosotros contamos con suficiente preparación como para considerarlo como trabajo, no humanizas, vas a lo que vas. Que en este caso es a rescatar personas. Te afecta psicológicamente cuando vuelves a España y te das cuenta de todo lo que has vivido».

Para Kike Torres ha sido la primera ocasión en que ha vivido la crudeza de la magnitud de estas situaciones en primera persona, aunque su cercanía con las frecuentes labores de rescate tras accidentes de tráfico les ha servido para crear un marco sobre la experiencia que podría encontrarse en el epicentro del terremoto que hizo temblar el subsuelo turco.

En 1991, la ONU creó el Grupo Consultor de Búsqueda y Rescate Internacional (INSARAG) con el objetivo de mejorar los estándares para la búsqueda y rescate urbano, así como la coordinación de la respuesta internacional a desastres repentinos de gran magnitud. «Cuando el país afectado solicita ayuda internacional, este organismo comienza a funcionar. Este organismo cuenta con los llamados equipos clasificados que son equipos que tienen que contar con una serie de requisitos para actuar en este tipo de situaciones». En España, las metas de los equipos de Búsqueda y Rescate Urbano (USAR) están para auxiliar de manera rápida y eficaz a una nación azotada por un desastre en coordinación con la ONU.

El trabajo a pie de cambio ha consistido en la constitución de cuatro sectores de trabajo, Torres ha sido miembros del sector C, que consistía en el trabajo coordinado con la UME (Unidad Militar de Emergencias), los equipos de rescate de los países de Kuwait, Catar e India. «Pero tuve la ocasión de ver a profesionales de prácticamente todos los países del mundo. Casi todos los países europeos tienen equipos USAR, pero también vinieron de México, Colombia, Cuba, Japón, Filipinas…»

Equipos trabajando sobre la zona. Foto: E.T.F.

El terremoto azotó la zona el pasado lunes 6 de febrero y hasta hace escasos días se notificaba el rescate bajo los escombros de lugareños localizados con vida. «Desde que una persona se queda sepultada en los escombros hasta que puede permanecer con vida sin ningún aporte de líquidos son tres días. A partir de ese momento, el cuerpo humano inicia un proceso de deshidratación. Los rescates a partir de tantos días son pequeños milagros que se deben a que han tenido la suerte de contar con abastecimiento de agua o, incluso, se beben su propia orina. Se ha llegado a rescatar a un bebé con cinco días porque se quedó abrazo a la madre y fue amamantando durante el tiempo que estuvo en los escombros con vida», narra Kike Torres.

Sobre la dificultad que han tenido que soportar los equipos de rescate, el conquense señala a Voces de Cuenca que se deben principalmente al caos que se vive sobre la zona azotada tras el temblor de tierra. «Al final este terremoto ha sido de una magnitud muy grande y que ha pillado a todo el mundo imprevistos. Es todo tan grande y hace falta tanta ayuda que corres el riesgo de colapsar, pero todo se gestiona y con el trabajo coordinado se trabaja y se ayuda, que al final es lo que importa».

«Una de las características de nuestro equipo es que llevamos búsqueda canina, nos llevamos a dos perros con sus guías. Nuestra búsqueda, como era técnica, hemos pasado por muchos sitios para saber dónde había personas con vida. Nuestros perros sí que han detectado varias personas personas con vida que se han rescatado. Nosotros no estábamos tanto en sacar a esas personas, pero sí localizarlas. Además, también hemos colaborado en varios rescates de cuerpos sin vida que fueron entregados a sus familias para poder darles sepultura», indica el bombero del parque de Motilla del Palancar.

En cuanto al Gobierno turco, que encabeza Recep Tayyip Erdoğan, Kike Torres señala que «dentro de lo que es el caos y la situación tan incontrolable, sí ha gestionado muy bien. En cuanto llegamos al aeropuerto de Adana, nos pusieron dos intérpretes, dos chicos estudiantes turcos de Estambul de 20 y 21 años, que fue una maravilla porque se desenvolvían on una facilitad espectacular. Además, el pueblo turco fue superacogedor, en ningún momento nos faltó agua ni comida. Nos trataban de maravilla».

Contar con un héroe en la familia o ser amigo de uno de ellos ha sido el motivo de orgullo que sienten los familiares y amigos de Kike Torres Fernández, «es algo que me da un poco de vergüenza pero al final esto lo haces de forma altruista y vocacional y tampoco quieres ningún reconocimiento. Pero mi familia está muy orgullosa y mis amigos y compañeros de trabajo también», señala humildemente.

«Allí en el aeropuerto de Estambul, cuando llegamos, la gente nos recibió con aplausos. Los turcos están muy agradecidos y orgullosos», añade con emoción.

Equipos de rescate, trabajando sobre la zona afectada por el terremoto. Foto: E.T.F.

El terremoto ha afectado gravemente una zona de Siria situada en la frontera turca. «Aquello estará igual o peor que en Turquía, lo que pasa que se trata de una zona que está controlada por el ISIS y no por el Ejército sirio. Esa zona no ha recibido prácticamente ayuda internacional porque el Gobierno de Siria no garantiza la seguridad de quienes vayan allí. Nosotros estuvimos en un par de poblaciones que estaban cerca de esta frontera y allí las cosas estaban un poco más complicadas, había mucho Ejercito y nuestro campamento estaba junto a la UME y al quipo catarí. La última noche que dormimos allí nos dijeron que tuviéramos cuidado porque el ejército del ISIS había pasado la frontera turca y que en cualquier momento se podía producir secuestros para pedir rescates. Fue una de las anécdotas que viví junto a las réplicas que no paraban de repetirse. Algunas me pillaron trabajando en el interior de edificios».

Kike Torres pasará a la historia local como uno de los rescatistas internacionales que ayudaron a paliar las consecuencias de la catástrofe natural de este terremoto. Su actividad allí se prolongó desde el día 6 de febrero y hasta el 13 de este mismo mes. A su llegada a Cuenca ha sido recibido por el presidente de la Diputación de Cuenca, Álvaro Martínez Chana, el dirigente provincial le trasladó que «está hecho de otra pasta» y lo puesto como ejemplo de solidaridad para toda la sociedad porque ha estado en primera línea buscando supervivientes y «dejándose la piel» para llevar a cabo labores de retirada de escombros.