La Diputación de Cuenca ha inaugurado este jueves su tradicional belén, de nuevo cedida por el Hospital de Santiago. Se trata de una construcción artesanal que lo componen unas 400 figuras de más de 40 años de antigüedad y de estilo hebreo. Han estado presentes el presidente, Álvaro Martínez Chana y el obispo de Cuenca, José María Yanguas que ha procedido a realizar la bendición con la que queda abierta esta recreación artística que podrá visitarse hasta después de las fiestas navideñas.
El gerente del Hospital y belenista, Francisco López, ha destacado como novedad este año la representación de todas las comarcas de la provincia de Cuenca, como el La Mancha con los molinos de Mota del Cuervo, la Alcarria con los mimbres, el mercado y la artesanía, y la Serranía con el Tormo, Las Majadas y el Nacimiento del Río Cuervo, al tiempo que se mantiene la representación de los rincones más emblemáticos de la ciudad. Asimismo, hay un homenaje especial a Fernando Zóbel por el centenario de su nacimiento con sus colores ocre representativos de sus acuarelas en el desierto.
López asegura que este año se ha incrementado el número de figuras, se ha implementado además un molino con movimiento con recogida de agua y «algunas con sorpresas». Los enclaves de la ciudad que se pueden reconocer en el belén son las Casas Colgadas junto al Puente de San Pablo, el Sagrado Corazón de Jesús, las casas de colores de la calle Alfonso VIII y la Torre de Mangana, así como el barrio del Castillo.
El belén tiene una dimensión periférica de 25 metros y no llega a los 40 metros cuadrados de superficie, asegura el belenista, quien afirma que se ha tardado un mes «intenso» en montar todo el diseño.