La Asociación de Vecinos del Barrio de Casablanca, a través de su presidenta Mari Carmen Checa y con el respaldo de numerosos vecinos y vecinas del barrio, trasladan el «malestar» generalizado que ha provocado la puesta en marcha del nuevo sistema de autobuses urbanos desde el pasado 1 de septiembre.
En una comunicado, los vecinos destacan el «esfuerzo» que supone reorganizar el transporte público, aunque la experiencia de estos primeros días ha sido «profundamente negativa». «Es desolador ver a nuestros vecinos mayores sin saber dónde deben esperar el autobús, cargados de incertidumbre y teniendo que preguntar en la calle, en lugar de contar con un servicio sencillo y accesible», resaltan, y añaden que un transporte público que genera confusión en los colectivos más vulnerables «no puede considerarse una mejora, sino un retroceso».
La nueva red, y en particular la Línea 3 (la que da servicio al barrio), ha demostrado ser, dicen, «ineficaz y confusa, con recorridos demasiado extensos que ni siquiera los propios conductores pueden cumplir en los tiempos y horarios previstos». Esto ha dejado sin servicio o sin paradas de bajada a zonas clave como la Plaza de Toros, la Avenida de Castilla-La Mancha, Reyes Católicos, así como barrios colindantes como Las Quinientas y Santa Mónica-Siglo XXI, aseguran. Además, la zona del Paseo de San Antonio continúa sin estar incluida en las rutas de autobuses, «pese a ser un eje importante del barrio». A ello se suma, añaden, que el intercambiador carece de marquesinas, lo que obliga a los viajeros a esperar a la intemperie, «sin protección frente a la lluvia, el viento o el sol».
Los vecinos aseguran que las frecuencias anunciadas tampoco se están cumpliendo. Lo que se presentó como un servicio con paso cada 30 minutos «se ha traducido en esperas de hasta una hora, con colas, aglomeraciones y la indignación lógica de quienes dependen del transporte público para acudir a su trabajo, a consultas médicas, a gestiones diarias o a centros educativos».
Asimismo, afirman que existen problemas técnicos y económicos derivados del sistema de billetes. La aplicación móvil «no refleja horarios ni tiempos de espera reales, lo que genera aún más desconcierto». Aseguran también que muchos vecinos han sufrido cobros dobles al fallar el registro de transbordos, teniendo que pagar dos billetes por un único trayecto. «Esto supone un perjuicio económico injusto para el ciudadano».
Desde la Asociación de Vecinos del Barrio de Casablanca piden que, hasta que no se garantice un sistema «claro, justo y realmente útil» para la ciudadanía, se recupere el anterior modelo de líneas, que funcionaba de manera «más sencilla y comprensible, sin obligar a todos los vecinos a pasar por el intercambiador». Consideran «necesario» que se estudien mejoras futuras y, entre ellas, la posibilidad de ajustar la Línea 3 para que sea «más eficaz y práctica», pero lo urgente ahora es, aseguran, «evitar que los vecinos sigan sufriendo un transporte ineficaz y excluyente».