Las residencias de mayores concentran en estos momentos 4 de cada 10 muertes por coronavirus en Castilla-La Mancha. Según los datos que proporciona de lunes a viernes la Dirección General de Salud Pública, durante la semana pasada fallecieron en la comunidad 20 personas a causa de la COVID-19 y ocho de ellas habitaban en geriátricos.
De las tres muertes registradas el lunes 20 de septiembre (y comunicadas un día después) ninguna correspondía a estos centros, pero fue una excepción ya que esa tendencia se rompió en los días siguientes. Así, de las 4 defunciones contabilizadas el martes 21, la mitad se dieron entre los internos de estas instalaciones. El miércoles la proporción fue de 2 de 3 y el jueves de 1 de 3. Y, para completar el análisis, 3 de las 7 víctimas que se sumaron durante el fin de semana (viernes, sábado y domingo) estaban alojadas en residencias.
Las diferencia de incidencia entre estos recintos y la sociedad general se observa con mucho mayor nitidez si se aborda en términos relativos. Mientras que en las residencias castellano-manchegas, según las cifras ofrecidas este verano por la Consejería de Bienestar Social, hay unas 26.500 plazas, en el conjunto de la autonomía hay 2.045.211 habitantes. O, escrito de otro modo, estos lugares copan el 40% de las muertes por COVID a pesar de concentrar solamente un 1,29% de la población total.
La Consejería de Sanidad no ofrece los datos de muertes en centros sociosanitarios desglosados por provincias, por lo que no es posible analizar cuál es la situación concreta en territorio conquense. Solamente se puede inferir una aproximación con el dato de que 4 de los 20 decesos de la semana pasada en Castilla-La Mancha se dieron en Cuenca o/y sus pueblos.
Desde el inicio de la pandemia han muerto en estos establecimientos, históricamente conocidos como asilos, 2.119 ancianos, siempre según los registros de Sanidad. El total de muertes se cifra en 6.310.
Las residencias de mayores fueron el primer eslabón de la cadena de vacunación contra la COVID-19. Allí empezó el proceso a finales de diciembre de 2020 tras convertirse durante la primera ola de la pandemia en territorios abonados para el dolor y la muerte, al concentrar a los más vulnerables a los efectos letales del virus. Según las declaraciones de los responsables del Gobierno regional la cobertura de vacunación con pauta completa roza el 100% en estos centros.
A mediados de agosto, al detectar un aumento de los brotes en residencias, el Gobierno regional decidió aumentar el grado de restricciones, con la limitación de las visitas externas a dos a la semana, reforzamiento del uso de la mascarilla y la exigencia de test periódicos a los trabajadores. Las medidas fueron parcialmente anunciadas por la Justicia y ahora el Ejecutivo ha optado, tras recibir la luz verde del Consejo Interterritorial de Salud, por comenzar a inocular con una tercera dosis a los mayores de 65 años residentes en estos centros, a modo de refuerzo ante una eventual pérdida de eficacia en esta franja de edad. La administración de este suero extra arrancó este lunes en Guadalajara y hoy martes se ha iniciado en Cuenca, concretamente en la residencia 'Las Hoces'.
Este domingo, fecha más reciente de la que se dispone de informe, había ocho centros sociosanitarios de la comunicad con algún caso de coronavirus. Entre todos sumaban un total de 70 contactos activos. Una semana antes eran 14 las residencias afectadas y 134 los casos activos.